Las cosas caen por su propio peso. Una vez más se cumple el vaticinio de aquella expresión popular, en este caso tratándose del ejercicio de los cargos públicos, todo esto se venía venir. Porque, por el bien del país, la población no aguanta tanta ineptitud, indiferencia o abuso del poder, mostrándose ellos (as) -varios ministros- con una desfachatez, impropiedad y poca empatía ante el sufriente pueblo.
Porque ¿cómo es posible que los recibos de luz nos maten en vida? ¿Cómo aquilatar un supuesto programa educativo Aprendo en Casa, cuando en el interior del país eso no llega, por múltiples razones? ¿Por qué soportar los inapropiados manifiestos de la titular de un ministerio que franelea siempre a ‘San Marticito’ ¿Hasta cuándo los programa de la televisión basura?, ¿Hasta cuándo?
Hoy, el país ya no se come el cuento de que van tantos, cuando la gente, en el llano, comprueba que sus muertos suman más… en fin. Tendrán que cambiar de estrategia en esta parte del camino donde también muchos medios de comunicación intervienen en la comparsa, dejando mucho que desear en el fondo y forma de la información, de la comunicación.
Señores del Gobierno, están hablando un idioma diferente, así no se actúa. No se trata de dar más «Toma ahora te doy una bolsa de víveres; toma, hoy te pago la luz; toma, ahora te deposito; toma ahora te daré de comer (comedores populares)»… ¿qué es esto? ¿una película de buenitos?
Bienvenido el cambio de autoridades. El Perú lo necesita.
