Conmemoración de 200 años de la batalla de Ayacucho en Perú

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La victoria patriota en Ayacucho no solo aseguró la libertad del Perú, sino también de todo un continente, representando un sueño compartido: la emancipación de América del Sur.

El 9 de diciembre de 2024 se cumplen 200 años de la Batalla de Ayacucho, una fecha que marcó el fin del dominio español en América del Sur y consolidó la independencia de la región. Este enfrentamiento, librado en las pampas de Ayacucho, no solo aseguró la libertad del Perú, sino también la de todo un continente, convirtiéndose en un símbolo de unidad y victoria colectiva. La trascendencia de este evento radica en que representó el esfuerzo conjunto de soldados de diversas naciones sudamericanas para derrotar al último bastión del poder colonial en el continente.

Se esperan una ceremonia en la Pampa de la Quinua, el lugar donde se libró la histórica batalla.El 7 de diciembre, Perú comenzó las celebraciones del bicentenario de la batalla de Ayacucho, un evento clave en la historia de la independencia del país y de los países sudamericanos que lucharon contra el dominio del imperio español.

La batalla, librada en 1824, fue fundamental para la liberación de los territorios que hoy comprenden Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela, Chile y Argentina.

Desde tempranas horas del sábado, la jornada estuvo marcada por actividades oficiales y sociales. En Lima, los colegios participaron en un concurso de escoltas para rendir homenaje a los héroes de la batalla.

Sin embargo, junto a estas conmemoraciones, también se llevaron a cabo protestas. Distintas organizaciones sociales, no solo de Ayacucho, sino de diversas regiones del país, se reunieron para manifestar su descontento.

Las protestas fueron una oportunidad para reflexionar sobre la independencia del Perú y América Latina, al considerar que la liberación de la corona española no significó una verdadera independencia, sino el reemplazo de un yugo colonial por el dominio de grandes poderes económicos.

Los manifestantes recordaron las muertes de más de 50 personas durante las protestas que estallaron hace dos años, especialmente las 10 víctimas en Ayacucho, quienes fueron asesinadas por el ejército. Las organizaciones sociales exigen justicia, ya que aseguran que las autoridades no han tomado medidas adecuadas.

El final del dominio colonial español
Aunque la proclamación de independencia del Perú ocurrió en 1821, la lucha por la verdadera libertad continuó. Fuerzas realistas resistieron, y una serie de batallas decisivas, culminando en la batalla de Ayacucho, fueron necesarias para consolidar la independencia peruana. (Martín Tovar y Tovar, 1827-1902)

A principios del siglo XIX, los movimientos independentistas se habían extendido por todo el continente sudamericano, inspirados por las ideas de libertad y emancipación que surgieron en Europa y Norteamérica. En el Perú, la lucha por la independencia había sido larga y difícil, con varios fracasos y la persistente presencia del ejército realista que aún controlaba vastas zonas del país. Mientras tanto, en otros lugares de Sudamérica, los patriotas, bajo la dirección de líderes como Simón Bolívar y José de San Martín, también luchaban por la independencia, pero el control de las fuerzas españolas seguía siendo firme.

La confrontación final entre los patriotas y los realistas llegó al corazón de los Andes, en Ayacucho, donde las tropas de los dos bandos se enfrentaron. El ejército patriota, liderado por el general Antonio José de Sucre, estaba compuesto por soldados de diferentes naciones sudamericanas que se habían unido en la lucha contra el imperio colonial. Sucre, con una estrategia cuidadosa y el apoyo de fuerzas regionales, buscaba un golpe decisivo que pusiera fin a la resistencia española en América del Sur.

Según el portal El Peruano, el ejército patriota, comandado por Sucre, estaba compuesto por 5.780 soldados de diversas nacionalidades: peruanos, colombianos, venezolanos, argentinos, chilenos y bolivianos. Por su parte, el ejército realista, liderado por De la Serna, contaba con 9.000 efectivos, aunque muchos habían sido reclutados a la fuerza y enfrentaban graves problemas de moral y logística.

La madrugada del 9 de diciembre de 1824, en las frías pampas de Ayacucho, las tropas patriotas se enfrentaron a las fuerzas realistas. Sucre desplegó una estrategia impecable, utilizando la geografía del lugar y las divisiones enemigas a su favor. La clave del triunfo residió en la arremetida final de los Granaderos a Caballo y los Húsares de Junín, quienes lograron desarticular las líneas enemigas con una carga devastadora.

 

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