En un controvertido movimiento que ha generado indignación y críticas, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) ha contratado como asesor del despacho ministerial a Álvaro Martín Quiñe Napurí, un personaje envuelto en serios cuestionamientos legales y éticos.
Quiñe Napurí, quien fue sancionado por SERVIR tras comprobarse que presentó documentación falsa para ocupar el cargo de Director de Agro Rural, fue inhabilitado por cinco años, período que ya culminó. Sin embargo, este oscuro antecedente no ha sido un obstáculo para que vuelva a ocupar un puesto clave en el gobierno.
La Fiscalía ha abierto una investigación preparatoria en su contra por el delito de negociación incompatible, relacionado con su gestión en Agro Rural, donde presuntamente favoreció a un consorcio en obras realizadas en Huancavelica. Este hecho generó tal controversia que la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, solicitó su renuncia.
El último 17 de agosto, se vio a este cuestionable personaje en un evento en Trujillo, junto al ministro de Agricultura y el empresario Samuel Dyer. Muy cercanos, en abrazos y con mucha confianza, surgieron interrogantes sobre qué tramarán y qué negocios podrían estar fraguándose tras esa relación.
Lo que ha encendido aún más las alarmas es la reciente revelación de que fue Quiñe Napurí quien recomendó a las personas para viajar a una misión oficial en China junto a la presidenta de la República. Esta acción ha sido vista por muchos como un acto de total desdén hacia las normas éticas y legales, y ha avivado las sospechas sobre las verdaderas razones detrás de su contratación.
La pregunta que todos se hacen es: ¿Qué intereses están detrás de la contratación de un funcionario con un historial tan cuestionado?
Y hoy se está viendo la interpelación de este ministro que está cuestionado.