Martha Esther Valdivia Cuya es bióloga de carrera y una investigadora nata con principios éticos. Dejó un puesto seguro en la Pontificia Universidad Católica de Chile para regresar al Perú y trabajar en la Facultad de Ciencias Biológicas de San Marcos, de eso hace 27 años. Se ha dedicado a estudiar con pasión a las células reproductivas de las alpacas peruanas.
Era jefa del Laboratorio de la Pontificia Universidad Católica de Chile, cuando le llegó la noticia de que podía postular a un puesto de docente en la Facultad de Ciencias Biológicas de San Marcos.
Martha tenía 37 años y no lo pensó dos veces, “si no es ahora, cuándo”, se dijo, hacía tiempo que sentía deseos de hacer algo por el país, recuerda. Así que envió sus papeles por DHL al Perú para postular a la convocatoria de su alma mater.
Hasta ese momento, esta bióloga formada en aulas sanmarquinas había ganado prestigio y edificado una carrera importante en el hermano país. Gracias a una beca que obtuvo de la Fundación Rockefeller pudo estudiar Biología de la Reproducción en esa casa de estudios chilena, y se hizo conocida por sus buenos oficios y los artículos que publicaba en revistas científicas. “Mucha gente creía que era chilena”, manifiesta.
Así es como dejó el “país del Mapocho” para regresar al Perú y empezar de cero. Porque Martha ganó la vacante para ser profesora en la Facultad de Ciencias Biológicas (FCB) de la UNMSM y crear un nuevo laboratorio. Era 1996 cuando inició otro capítulo de su historia profesional. Sabía que no sería fácil, pero estaba convencida de que valía la pena enfrentar ese reto.
Alpacas de estirpe
El primero, aplicar en animales la experiencia ganada en criopreservación de embriones humanos y fecundación in vitro, especialmente en la alpaca, uno de los camélidos peruanos con más proyección comercial en el país.
Con esa idea regresó, y desde el primer día diseñó proyectos y se presentó a cuanta convocatoria había; el segundo desafío era obtener recursos que le permitieran armar el laboratorio y contar con un equipo de investigadores, tesistas de pre y posgrado, piezas claves para desarrollar los estudios de impacto.
Con capacidad de liderazgo, perseverancia y buen humor, la doctora Valdivia Cuya, especialista en biología celular y genética, ha desarrollado investigaciones y obtenido patentes que colocan a ella y a su equipo en el ámbito internacional.
Ella es profesora a tiempo completo, jefa del laboratorio de Fisiología de la Reproducción y del grupo de Biotecnología Reproductiva para la Conservación Genética Animal (Biotra). Inclusive es presidenta del Comité de Bioética de la FCB de San Marcos. “Soy una investigadora con principios éticos”, afirma.
Justamente el grupo Biotra, que lidera en representación de la Decana de América, y en el que participan profesionales y tesistas de universidades de Ayacucho, Huánuco, Chile y Argentina, acaba de ganar un financiamiento de más de 1’800,000 soles de Prociencia del Concytec para adquirir un equipo de gran envergadura que le permitirá estudiar el proceso de fecundación y desarrollo de alpacas en el Perú, que tiene la mayor población mundial de este camélido.
Amor por el Perú
La niña que iba cada mes a la chacra de su abuela materna, doña Rumualda, dueña de viñedos en Surco, para disfrutar de la naturaleza, los perros, gansos y vacas, pero sobre todo de la captura de arañas que cuidadosamente introducía en un pomo con un palito, está convencida de que ese contacto inicial le enseñó a amar nuestra tierra.
“Es fácil realizar investigaciones en el extranjero porque existen recursos para hacerlo, pero si uno quiere enfrentar desafíos hay que volver al Perú para producir cambios, si no, cuándo va a cambiar nuestro país”, señala.