Además, tres vehículos fueron incendiados el lunes en la provincia costera de Esmeraldas y en Pichincha en una jornada en la que se decretó el estado de excepción, con toque de queda, tras incidentes en seis cárceles de Ecuador.
Cuatro policías fueron secuestrados en Ecuador en medio del estado de excepción decretado el lunes por el presidente Daniel Noboa a causa de la violencia ligada al narcotráfico y tras la fuga del jefe de la principal banda criminal que estaba recluido en una cárcel, informó la policía.
En la costera ciudad de Machala (suroeste) «se produjo el secuestro de tres servidores policiales, quienes se encontraban de turno», mientras que un cuarto uniformado fue raptado en Quito, reportó la institución en su cuenta de X hacia la medianoche.
Agregó que en la capital, tres individuos que manejaban un «vehículo polarizado y sin placas» se llevaron al policía.
«Se han desarrollado varias acciones delictivas a nivel nacional que han movilizado a nuestras unidades para atenderlas», informó a periodistas el martes la policía.
En un video no verificado difundido en redes sociales aparecen tres agentes sentados en el piso. Uno de ellos es obligado a leer un mensaje dirigido al presidente: «Declaraste la guerra y guerra vas a tener (…) Declaraste estado de excepción; nosotros declaramos botín de guerra a policías, civiles y militares. Cualquier persona que se encuentre en las calles a partir de las once de la noche será ejecutado».
Los secuestros se dieron luego de que Noboa, quien enfrenta su primera crisis de seguridad tras asumir en noviembre, decretara el estado de excepción por 60 días en todo el país, incluidas las cárceles. La medida incluye un toque de queda de seis horas, entre las 11:00 p.m. y 5:00 a.m. locales.
«No vamos a negociar»
El mandatario dijo que la declaratoria de emergencia permitirá a las Fuerzas Armadas intervenir en el sistema penitenciario, en el que el lunes se registró la retención de una cantidad indeterminada de guardias y sin que el organismo que lo administra (SNAI) indicara si fueron liberados.
«Nosotros no vamos a negociar con terroristas ni descansaremos hasta devolverles la paz a los ecuatorianos», advirtió Noboa en un video a través de su cuenta de Instagram.
El gobernante, que no mencionó la fuga de Adolfo Macías, alias «Fito», jefe de la banda de Los Choneros, atribuyó la situación carcelaria a las acciones para «recuperar el control» oficial de los reclusorios.
Noboa anunció la semana pasada que construirá dos prisiones de máxima seguridad -al estilo de la que mandó levantar el presidente salvadoreño Nayib Bukele en su guerra contra las pandillas- en las provincias de Pastaza (este) y Santa Elena (suroeste), para aislar a los presos más peligrosos.
Policías y militares buscan a Fito, quien cumplía una pena de 34 años por delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato en la cárcel Regional de Guayaquil (suroeste). Su organización es la más temida del país y se diputa con otras las rutas del tráfico de drogas.
Ataques
La alerta de la evasión se dio el domingo, cuando en un operativo la fuerza pública no pudo hallarlo en la prisión. El secretario de Comunicación del gobierno, Roberto Izurieta, afirmó el lunes en una entrevista con el canal Teleamazonas que «lo más probable» es que hubo «infiltraciones» sobre la inminente operación y que Fito escapó «horas antes».
Los secuestros de policías se sumaron a actos violentos en la costera Esmeraldas (noroeste y cerca de la frontera con Colombia), una de las provincias ecuatorianas controladas por mafias.
Varios personas arrojaron un artefacto explosivo cerca de una estación policial y dos vehículos fueron quemados en otros lugares, sin dejar víctimas.
En Quito también se reportó el estallido de un auto y la explosión de un artefacto cerca de un puente peatonal. Su alcalde, Pabel Muñoz, pidió al Ejecutivo la «militarización» de instalaciones estratégicas ante la «crisis de seguridad sin precedentes».
Ubicado en medio de Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador se desangra por la guerra por el poder entre organizaciones del narco con nexos con carteles internacionales. El 2023 cerró con más de 7.800 homicidios y 220 toneladas de droga incautadas, nuevos récords en la nación.
Desde 2021 los choques entre presos dejan más de 460 muertos. Además, los homicidios en las calles entre 2018 y 2023 crecieron en casi 800% al pasar de 6 a 46 por cada 100.000 habitantes. (Con información de AFP)