Covid-19: El drama de los venezolanos en el Perú

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Un informe especial gracias al lente del destacado peruano Omar Lucas

A propósito del coronavirus Covid-19, pandemia que arrasa en el mundo entero, el diario español El País presenta un informe especial sobre el drama que viven los miles de venezolanos establecidos en el Perú.

Se trata de una serie de secuencias gráficas, logradas por el destacado fotógrafo documental peruano Omar Lucas, quien se caracteriza por explorar temas de derechos humanos, medio ambiente e identidad.

Él ha publicado en diversos medios peruanos como a nivel internacional: BBC, El País, Vice, California Sunday Magazine y Etiqueta Verde, entre otros.

El informe periodístico se titula La Crisis del Coronavirus, venezolanos en Perú: visibles para el virus, invisibles para la sociedad.

“Se trata de los miles de venezolanos exiliados quienes, en su mayoría trabajan en el sector informal sin contratos ni protección laboral, siendo muy vulnerables a los impactos económicos y de salud de la pandemia de covid-19

Con más de 860.000 venezolanos viviendo en él y alrededor de 394.000 que han solicitado la condición de refugiado, Perú es el primer país de acogida de estas personas con necesidad de protección internacional y el segundo destino de refugiados y migrantes venezolanos en el mundo”,

Ellos se ubican en albergues, distritos populosos, padeciendo sus enfermedades, muchas veces sin dinero, con el anhelo de retornar a su país.

La mayoría de ellos, el 86.6%, viven en Lima; y el 93.1% trabajan de manera informal, sin contratos ni protección laboral.

Esa falta de estabilidad laboral convierte a la comunidad venezolana en Perú en especialmente vulnerable a los impactos económicos y de salud de la pandemia de covid-19. Gastan lo que ganan al día en costear el alojamiento en un hostal en el que pasar la noche, y con el cierre de actividades del país debido a la cuarentena, son muchos los que se han quedado en la calle porque ya no pueden pagar la renta.

Ante esta crisis, muchos de ellos, subsisten gracias a la ayuda que reciben de diferentes parroquias situadas en el centro de Lima. La ONG Remar, por ejemplo, reparte cada día una media de 300 almuerzos diarios y la cifra sigue creciendo. A primera hora de la mañana son muchos los venezolanos que hacen su cola para recibir alimentos junto a un grupo de peruanos que están en la misma situación, y aunque no forman parte de ninguna estadística oficial, todos los organismos de ayuda humanitaria que trabajan con ellos coinciden en afirmar que el número se ha incrementado exponencialmente desde el inicio de la pandemia.  R

Los migrantes venezolanos en Perú son los grandes ausentes de la agenda social. Al no ser peruanos no reciben el bono social de 760 soles (aproximadamente 200 euros) que el Estado otorga a las familias vulnerables que no pueden salir a trabajar por el estado de emergencia nacional y la situación de excepción relativa al brote de covid-19 que desde el 16 de marzo comprende cuarentena, suspensión de actividades laborales y escolares, cierre de fronteras y toque de queda. Como venezolanos tampoco reciben ningún tipo de atención por parte de la embajada de Venezuela en Perú.  

Situación de indigencia, que se ve paliada al recibir víveres de las monjas del santuario Santa Rosa, en el centro de Lima. Muchas son madres solteras y comparten cuartos alquilados.

Los alimentos que reciben son donaciones de distintas instituciones como el Banco de Alimentos. 8Hombres, mujeres y niños esperan en el patio del albergue Sin Fronteras el almuerzo del día. Ubicado en una vivienda de unos 200 metros cuadrados, este refugio del distrito de San Juan de Lurigancho, en Lima, acoge en la actualidad a unos 200 venezolanos sin recursos.

.La Mansión de Las Lomas es el nombre que 42 venezolanos han puesto al edificio de tres plantas ubicado en el Centro de Lima en el que viven. Ninguno de ellos se conocía de antes, pero todos conviven como una gran familia y se apoyan cuando hay necesidad.

El estado de emergencia declarado en el país el 14 de marzo dejó a todos sin trabajo al mismo tiempo, y con ello sin posibilidad de pagar su alquiler, pero el dueño del predio ya les ha informado de que esperará a que vuelvan a tener empleo para cobrarles el hospedaje. Mientras, todos sobreviven gracias a los 35 almuerzos diarios que les entrega el Santuario Gruta de Lourdes, un apoyo vital, ya que ninguna institución peruana o venezolana se ha acercado hasta ellos para brindarles algún tipo de ayuda”

(EL PAÍS)

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