Por César Ortiz Anderson (*)
Este año fue totalmente atípico. La Pandemia del Covid-19, una delincuencia en alza y las violentas protestas (ahora con tomas de carreteras), hacen un panorama complicado en el País. En mi opinión, es cuestionable cómo este gobierno, por encargo de ocho meses, que en la práctica serán cinco gracias a Dios, está haciendo una mala gestión. Pareciera que Vizcarra sigue en el Poder, la compra de vacunas no tiene fecha de llegada aún, cuando varios países de la región ya empezaran a vacunar, como los vecinos Colombia y Chile.
La delincuencia aumenta su accionar en número, frecuencia y violencia. Las protestas, con toma de carreteras, han llegado, incluso, a cercar a la ciudad, el sur, norte y centro, con piquetes por tramos, usando para agredir a la policía, elementos como hondas, huaracas y piedras, además, quemando llantas. Hasta se atrevieron a voltear y quemar una ambulancia del Minsa.
Cuidado que esa toma de carreteras está manipulada por violentistas, y lo más grave, es que la policía no puede actuar con la firmeza que la situación amerita, porque, la verdad, es que no tiene el respaldo del gobierno para ello. Pero ello no es todo. A pesar de lo contagioso del virus, los ambulantes están en permanente conflicto, con violencia incluida, en diversos puntos de la ciudad, actuando con violencia contra las autoridades municipales y policiales.
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Siguen las colas en entidades bancarias para cobrar los bonos, y la gente irresponsable que no acata las restricciones. Fue un error el haber dado autorización a Casinos y Gimnasios, cuando es evidente que el contagio está aumentando.
Finalmente, después de las elecciones de abril, será otro el panorama. Aunque no sabemos qué candidato ganará, yo estoy convencido que será como se dice, un «golpe», ya que hoy no está en las cinco primeras intenciones de voto, al final los que casi todos queremos es que el País salga adelante.
