Iniciada la transición, los operadores políticos se reacomodan y observan con mucha maña el escenario para que sus discursos simpaticen con la calle, que hoy tiene la fuerza de sacar presidentes. No importa qué bandera agiten o qué propuesta tengan, no hay que contradecirlos o hay que sumarse a ellos como víctima. Vizcarra es uno de esa especie y postulará al Congreso por Somos Perú o “Somos Inmunidad”, la que le servirá para no ir a la cárcel. Para estas patrañas sirven estos partidos y estos eventos.
Veinticuatro (24) partidos participan en esta pseudo fiesta democrática, con las elecciones internas o primarias, el domingo 29 de noviembre, como si fuera un campeonato relámpago de fulbito. Más de un millón y medio (1´661,514), de ciudadanos están inscritos en los padrones de afiliados, elaborados por el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), que aprobó el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y utilizados por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
TAMBIÉN LEE: Marcha de peruanos que ‘no vemos’ pide trabajo, espera justicia y sensatez de políticos (Opinión)
Este enorme contingente de peruanos tiene que estar activo, con agendas programáticas y no antojadizas propuestas, que van desde repartir todo el dinero de la caja fiscal hasta elaborar una nueva Constitución. Necesitamos escucharlos, verlos confrontando sus ideas entre ellos. En medio de una guerra ideológica es necesario que todos los sectores, extremos y colores se expresen.
Las izquierdas proponen sin permiso a oponerse cambiar la Constitución. Los que no comparten la idea, porque no es el momento para el cambio, tienen que decir por qué no puede ser ahora. Es urgente que el otro lado genere el debate y explique con datos, cifras y argumentos su posición. Tiene que surgir personajes que empiecen a rebatir.
No se puede negar que la actual Constitución trajo estabilidad fiscal y monetaria, reduciendo la pobreza y el crecimiento más porcentual de la agricultura sobre el 4% en los últimos 20 años. Es también cierto que la Carta Magna, como la llaman los constitucionalistas, necesita algunos cambios en las reglas políticas que la actualicen. Mientras tanto, hay que recoger ideas para sumarlas en lo que será la organización de una asamblea constituyente.
TAMBIÉN LEE: Los peruanos rechazamos el abuso del poder y la improvisación para gobernar y legislar (Opinión)
Falta de liderazgo político evita tener una agenda de emergencia hasta el 28 de julio de 2021. Los cabezas visibles o reincidentes postulantes, en las diversas agrupaciones, no se ponen en la primera línea. No hay líderes con personalidad ni propuestas. No hay una lista de objetivos que apunten llegar al 2030 con un sistema de salud restructurado y al servicio de todos, con un sistema de educación efectivo, y con una economía boyante basada en la exportación de productos elaborados.
Una revisión de los padrones de participantes en las elecciones internas de los partidos indica que, del millón seiscientos uno (1´661,514), el 7.9% son jóvenes entre 18 y 29 años y que el 25.3% tiene entre 40 y 49 años. Necesitamos más gente joven que esté activa en una composición social como un partido y no se quede solamente protestando en la calle.