Por Octavio Medina (*)
Diego Armando Maradona fue para mí la persona más popular a nivel mundial. Desde su origen humilde – más que humilde – y que dijo: “VENGO DE UN BARRIO BIEN PRIVADO”, refiriéndose a que había privación de todos los servicios básicos como el agua y la luz. Ni que decir que el Diego es de mi generación, lo vi crecer siendo de la promoción de los mejores de Sudamérica, en los 80s, donde estaban Uribe, el ‘pibe’ Valderrama y Cueto.
El ‘Pelusa’ creció en el barrio de Villa Fiorito, donde fue “cebollita” (calichín). Él mismo declaró, muy joven aún, que tenía 2 sueños: el jugar por la selección argentina y ser campeón mundial; cosas que cumplió como un chamán en práctica, y eso lo puede testificar (sufrir), el gran arquero Hugo Gatti, cuando se atrevió a ningunear al joven Maradona cuando estaba empezando, diciendo que el gordito era muy hablador, y el Diego, al enterarse, dijo que ya no le metería 2 sino 4 goles, cosa que sucedió aquella tarde. Así era el Diego de bueno.
Diego Armando se puso a la familia al hombro a los 16 años, y no paró jamás. Les dio el status que se necesitaba empezando su avasallante carrera, comenzando una revolución en cuestión de calidad futbolística y también un inicio de lo que es el fútbol actualmente. De los contratos millonarios de publicidad que todos los futbolistas actuales gozan, sean buenos o al gusto del dirigente. Le hicieron innumerables canciones, y a la vez, tuvo un breve paso por los estudios de grabación. Pero Maradona es, fue, y será mucho más que los demás, ya que no solo fue el futbolista, sino la imagen viva y patriota del argentino. Se codeó con todos los grandes líderes del mundo, desde Reyes, Jeques, Papas, Dictadores.
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De lejos apoyaba al socialismo, una especie del ‘che’ Guevara contemporáneo, y creando expectativas confusas, ya que él era una persona pudiente, una especie de capitalista coqueteando con los socialistas. Pero tampoco nos equivoquemos, el nació, como dije, en un barrio lleno de carencias, por lo tanto, es comprensible ese tipo de actitud.
Todo un predestinado. Y Dios actúa según sus intereses terrenales para su creación. Muchos se pasan la vida buscando la felicidad, y la respuesta, es el sentido que tiene la vida. Hay que hacer lo que dijo Woody Allen cuando le preguntaron que era la felicidad para él, y respondió que era estar ocupado, trabajando. La felicidad llega si es que estás inmerso en complacerte a ti. Maradona significa tantas cosas en la cultura popular actual y latinoamericana, que puede ser héroe, villano, campeón, noble, amigo y el sueño cumplido de todo el que anhela.
Ahora, repasemos unas cuantas frases famosas del ‘Pelusa’:
“Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”, una frase célebre, en una Bombonera llena durante el partido de su despedida del fútbol.
“Les pido que me dejen vivir mi vida. Nunca quise ser un ejemplo”, una frase muy escuchada por el 10, cuando era criticado por sus acciones dentro y fuera de la cancha.
“Pelé debutó con un pibe…», al brasileño lo cuestionó muchas veces con temas extra futbolísticos, aunque en varias oportunidades se amigó.
“Cuando entré al Vaticano y vi todo ese oro, me convertí en una bola de fuego”, sus críticas a la Iglesia tampoco escaparon a la mirada del 10.
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Amigos, como ustedes ven, son cosas que lo pintan de cuerpo entero. Hizo lo que quiso con su vida, en el buen y en el mal sentido. Les hago recordar aquella conocida anécdota del Ferrari negro, que su representante mandó pintar a pedido de Diego, ya que la distinguida marca de autos no tiene ese color en su catálogo. Son gustos que pocas personas en el mundo se pueden dar. Y nuevamente voy al principio, que es el sueño alcanzado de mucha gente que anhela cristalizar.
Diego Armando Maradona, el “Ceniciento del siglo XX”, se nos fue, pero dejó todo un legado y hasta tuvo el atrevimiento de ser una leyenda viva hasta su triste deceso de hace algunos días. Podrán decir muchas cosas de él, pero sus enseñanzas son claras, en el buen y en el mal sentido, y ahora forma parte de la columna vertebral de los símbolos de la cultura argentina, latinoamericana y porque no decirlo, mundial. Hasta siempre Diego.
(*) Octavio Medina es un reconocido músico de la movida rockera en el Perú. Líder, fundador, compositor, y ahora cantante de la legendaria banda de Rock, Dudó.
