Por Octavio Medina (*)
Siempre me sentí atraído por la genialidad del gran Albert Einstein. Sin embargo, algo que me llamó la atención de esa genialidad, es que esta, estuvo íntimamente relacionada con la música. Y he llegado a la conclusión de que fue el primer rockero de la edad contemporánea.
El genio tuvo una vida llena de vaivenes, libros, tratados, fórmulas y faldas. Teniendo como vehículo de toda esa mixtura, la música, ya que él era un eximio violinista, y empezó esa afición lentamente, ya que tardó en aprender a hablar. Sus padres estaban tan preocupados que lo llevaron a un médico, y cada vez que tenía algo que decir, primero lo repetía para sus adentros moviendo los labios, recordaría su hermana pequeña Maja. Durante toda su vida Einstein padeció de una forma leve de “ecolalia”, la cual te lleva a repetir sobre todo las frases que te gustan 2 o 3 veces antes de pronunciarlas.
A los 12 años ya resolvía problemas complicados de aritmética aplicada. Cosa curiosa, Einstein siendo el único judío entre los 70 estudiantes católicos de su clase, acabo disfrutando el curso de religión. Le iba tan bien que, incluso, ayudaba a sus compañeros de clases en las tareas.
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También desarrolló una descarada rebeldía frente a la autoridad, que llevó a uno de sus maestros a enviarle a casa, y a otro a hacer reír a la historia al declarar que nunca llegaría a nada.
Volvamos a su inclinación por la música. Tocaba el violín en la cocina a altas horas de la noche, mientras reflexionaba sobre problemas complicados, entonces de repente decía ¡lo tengo! Como si la respuesta al problema hubiera llegado por medio de la música, contaba su hijo Hans Albert.
Cuando estaba estresado, preocupado y sentía mucha ira, se sumergía en las cuerdas del violín, lo cual lo convertía en una persona muy alegre y dispuesto a renovar sus ideas. Otra vez la música como canalizador de ideas.
Incluso su papel paterno queda en tela de juicio porque al tener una hija prematrimonial llamada Lieserl con la que después sería su esposa Mileva Maric, no llegaría a conocerla y se cree que fue dada en adopción, muriendo probablemente de escarlatina en 1903.
En junio de 1902 ingresa a la oficina de patentes en Zúrich, Suiza donde según el mismo Einstein pasaría los años más creativos de su vida y no tardaría en descubrir que era capaz de hacer el trabajo de todo el día en 2 o 3 horas, cosa que le daría tiempo de dedicarse a su verdadera pasión: la ciencia.
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He aquí unas curiosidades de su intensa vida:
- Se casó con su prima Elsa, con quien no tuvo hijos, y para nada fue un marido fiel, llegando a tener hasta 6 amantes durante su matrimonio con Elsa.
- No le gustaba conducir.
- Tuvo 3 nacionalidades.
- Repudiaba la ciencia ficción.
- Sólo se vestía con trajes grises, vestimenta que años más tarde Mark Zuckerberg y Steve Job.
- Muy pocos saben que pudo ser presidente de Israel en 1952, pero rechazó la oferta.
- Su cerebro fue robado por Tomas Harvey, el mismo patólogo que hizo su autopsia y fue devuelto 43 años después.
Por estas razones, me ratifico al decir que Einstein fue el primer rockero de la edad contemporánea. Porque, en primer lugar, él mismo dijo que de no haber sido científico habría sido indefectiblemente músico. Además, tuvo a lo largo de su historia muchos amoríos. Toda su vida tuvo ideas vanguardistas. Se vestía desprolijamente, con un cabello revolucionario para la época y no le gustaba usar calcetines. Tenía una personalidad rebelde e irreverente y, si no, contemplen al genio en esa famosa foto en el que muestra la lengua en toda su plenitud. ¿No les suena familiar a los rockeros de hoy?
Bueno amigos, como digo siempre, cuídense mucho no salgan de sus casas por gusto, y pronto nos vemos.
(*) Octavio Medina es un reconocido músico de la movida rockera en el Perú. Líder, fundador, compositor, y ahora cantante de la legendaria banda de Rock, Dudó.
