Por Luis A. Pardo Altamirano
(Escritor y Comunicador Social)
La puntualidad es una actitud humana considerada en muchas sociedades como la virtud de coordinarse cronológicamente para cumplir una tarea requerida o satisfacer una obligación antes o en un plazo anteriormente comprometido o hecho a otra persona.
Quienes la ejecutan saben que es parte elemental en todo orden de vida que igual representa el respeto entre las personas.
La siguiente breve historia es propia de esos mundos otros, donde su gente -aunque no se crea- tiene muy en cuenta ese necesario valor en toda sociedad: la bendita puntualidad que debe aplicarse, reiteramos, en toda cultura de vida.
Por la tarde me llamaron.
–Tío, hay una ‘chambita’, de madrugada, me dijeron
–Habla ¿vas?
–‘Amarillo o rojo’, pregunté
–‘Anaranjado, tirando pa rruco’
-Si atracas lleva chaleco y a tu ‘nene‘. Solo vas a ‘marcar‘, estando afuera y si ves algo llamas ‘al toque Roque’.
-Voy. ¡Ojo, soy puntual!
-‘Huevón‘ eso te decimos nosotros, 5 minutos máximo te esperamos.
-Te vuelvo a llamar pa los detalles.
–Bye, contesté y colgué
(‘Chamba es chamba’ me dije. csm así como está la cosa).
4 a.m.
Estuve puntual, nadie me recibió, ni una llamada.
Esperé dos minutos más… Ná. Me fui caminando a trotar y a respirar ¡aire puro!, al rico ‘Bosque’ (*). Perdí quizás, pero más gané, seguro, pues sigo vivito, bonito y coleando y con exclusiva gran salud.
Ya que es todo un placer esperar que llegue las 6 de la mañana para, estando echado en el húmedo grass, contemplar la luz del cielo que aclara entre las copas de los árboles y ¡de pronto! un divino coro de aves que inician sus bellos y distintos cantos…Bendito el Señor. Sigo vivo.
Cuídense todos.
(*) De norte a sur, de Surquillo en ruta a Miraflores, entre las avenidas Roca y Boloña y Ricardo Palma se ubica un excepcional parque conocido como ‘El Bosque’ (Parque Ramón Castilla), llamado así por sus variados árboles que la comuna miraflorina bien cuida.
