El derrumbe del techo del Real Plaza de Trujillo demuestra que existe negligencia política y empresarial en los hechos. Desde 2011, malls de ciudades como Arequipa, Piura y Juliaca han sufrido incidentes cuestionables por fallas estructurales, sin que se tomen medidas efectivas
Un ruido anunciado.La tragedia ocurrida la noche del viernes 21 de febrero de 2025, en la ciudad de Trujillo se vio marcada por un suceso que nunca imaginó vivir: el colapso del techo en el patio de comidas del Real Plaza, uno de los centros comerciales más importantes de la región. En cuestión de segundos, el ruido descrito por sobrevivientes como “un terremoto” se transformó en una tragedia que dejó seis fallecidos, más de 80 heridos, y decenas de personas atrapadas entre los escombros.
Varios centros comerciales en diversas ciudades del país registran un preocupante historial de accidentes relacionados con fallas estructurales. En algunos casos, estos incidentes fueron considerados “alertas” que se dejaron pasar por dueños y autoridades sin mayores medidas preventivas. En todo el Perú, la historia de los centros comerciales parece ser un ciclo de advertencias ignoradas que, a pesar de la magnitud de los casos, no han sido suficientes para garantizar la seguridad de los ciudadanos que gastan tiempo y dinero en sus recintos.
En 2011, menos de seis meses después de la inauguración de Real Plaza Arequipa, un incidente alertó a la ciudad sobre los riesgos de las estructuras de estos grandes complejos comerciales. En vísperas de San Valentín, dos grandes bloques de concreto se desprendieron del techo en plena temporada de lluvias, afectando gravemente la entrada principal del centro comercial. El agua comenzó a filtrarse en varias tiendas, lo que provocó un caos inmediato. Los compradores, en su mayoría familias, se vieron obligados a correr hacia las salidas de emergencia mientras algunos tropezaban y caían debido al pánico.
La evacuación fue precipitada, pero la ausencia de un plan de contingencia efectivo dejó a los clientes vulnerables en medio de la confusión. En ese momento, los medios de comunicación locales cuestionaron la falta de mantenimiento preventivo y la deficiencia en el diseño de la estructura, ya que no se había considerado adecuadamente la resistencia ante lluvias intensas. A pesar de este dramático accidente, las medidas de seguridad y prevención no fueron implementadas a tiempo en otros centros comerciales de la misma cadena, lo que parece haber dejado una lección sin aprender.
Casi ocho años después, en 2019, ocurrió un incidente similar en Real Plaza Juliaca, en Puno, que dejó a varios trabajadores y clientes con el temor de que se repitiera lo sucedido en Arequipa. Durante una intensa granizada, una parte del techo se desprendió, obligando a evacuar rápidamente a los clientes del centro comercial. Aunque este accidente no dejó víctimas mortales, sí generó un gran susto entre las personas que se encontraban en el lugar, quienes alertaron sobre el riesgo de una posible tragedia similar a la de Trujillo.
El video que circuló en redes sociales mostraba el momento en que el techo comenzaba a desprenderse, y fue enviado por ciudadanos preocupados por la seguridad de los centros comerciales en el país. En ese momento, los trabajadores, muchos de los cuales temían por su vida, hicieron un llamado a las autoridades locales para que se realizaran las inspecciones necesarias, tal como había sucedido en otras ciudades, como Cusco. Sin embargo, la falta de medidas contundentes y la ausencia de un protocolo de seguridad adecuado parecen haber dejado estos incidentes en el olvido.
Piura, una región caracterizada por sus lluvias intensas, también ha sido escenario de varios incidentes en centros comerciales. En 2017, Open Plaza Piura sufrió una inundación debido al colapso de las tuberías del drenaje, lo que provocó el levantamiento del piso en la galería. A pesar de que no hubo víctimas, el video de los usuarios en redes sociales mostró cómo el agua inundaba los pasillos del centro comercial, generando preocupación entre los clientes y trabajadores. En ese momento, el centro comercial aseguró que la filtración de agua no provenía de la red de desagüe y que la situación fue solucionada rápidamente sin causar daños mayores.
Pero este no fue el único accidente. En 2021 y 2023, tras fuertes lluvias, la situación se repitió, y el centro comercial nuevamente enfrentó inundaciones provenientes de su drenaje. Este ciclo de fallas y soluciones temporales genera una sensación de inseguridad en los usuarios piuranos quienes, tras la clausura temporal de centros comerciales por desperfectos en sus estructuras, temen que una tragedia similar a la de Trujillo pueda ocurrir en cualquier momento.
Negligencia empresarial y política
Si bien el consorcio comercial del Real Plaza de Trujillo que pertenece a Grupo Intercorp, debe ser el primero en responder al accidente, el Estado no deja de ser responsable, ya que da las normas y los reglamentos de los centros comerciales, los supervisa y permite su funcionamiento.
Aunque la Fiscalía aún está en investigaciones para determinar si este suceso se debe a fallas en la estructura realizada por BGS Ingenieros y supervisada por la empresa SCTH, de acuerdo con especialistas y la revisión de antecedentes, este hecho sí pudo prevenirlo el Estado en sus diferentes instancias, así como la corporación y dirección de Real Plaza.
Congreso aprobó ley que impide cierres de centros comerciales
El Congreso de la República aprobó en octubre del 2023 una ley que limita la capacidad de las municipalidades para clausurar centros comerciales. Los primeras consecuencias de esta ley se vieron en diciembre del 2023, cuando el exalcalde de Trujillo, Arturo Fernández, reveló en sus redes sociales que intentó clausurar y hasta demoler el centro comercial Real Plaza de Trujillo, pero enfrentó oposición de congresistas como Diego Bazán y Luis Valdez.
La controversia se originó a raíz del asesinato de Hugo Chávez Loyola, alias ‘Virolo’, en el patio de comidas del establecimiento, lo que llevó a Fernández a ordenar su clausura por 30 días argumentando «peligro inminente»; sin embargo, el congresista Alejandro Cavero le recordó en X que existía una ley aprobada impedía el cierre arbitrario de centros comerciales “sin una causal directa relacionada con la vida y la salud de las personas”.
Dicha ley fue promovida por la bancada de Fuerza Popular el 10 de mayo de 2023 mediante el proyecto N° 4952, que modificaba la Ley 28976 sobre licencias de funcionamiento. Tras ser debatida en el Pleno el 5 de octubre, la norma recibió 85 votos a favor y 19 en contra. Finalmente, la Ley N° 31914 fue promulgada el 28 de octubre de 2023, estableciendo que las clausuras por riesgo inminente debían ser levantadas en un máximo de 48 horas.
PCM cambió reglamentos
Mientras el Congreso limitaba las clausuras, el Ejecutivo también realizó cambios que pudieron influir en la tragedia del Real Plaza de Trujillo. La decana nacional del Colegio de Arquitectos del Perú, Lourdes Giusti, advirtió, en el programa Cuarto Poder, que una modificación en el reglamento de inspecciones eliminó la obligatoriedad de contar con un ingeniero civil en las Inspecciones Técnicas de Seguridad en Edificaciones (ITSE), debilitando el control sobre estructuras.
Giusti explicó que las inspecciones previas requerían cuatro especialistas, pero con los cambios se priorizaron riesgos de incendio y colapso, dejando de lado una revisión integral de las estructuras.
Por otro lado, el primer ministro, Gustavo Adrianzén, reconoció que la tragedia pudo ser evitada, pero solo responsabilizó a las municipalidades por no haber fiscalizado adecuadamente el establecimiento.
«Se pudo evitar. Si hubiésemos tenido una fiscalización municipal más exhaustiva, probablemente se habrían adoptado disposiciones para evitarlo», declaró en el programa Panorama.
Ruidos previos al desastre
Según testigos citados en el programa Punto Final, trabajadores del Real Plaza de Trujillo alertaron sobre extraños ruidos en el techo un día antes de la tragedia. «Varias personas dijeron que el sonido de la estructura estaba desde la mañana anterior. Llegó un grupo a soldar, o sea, ya sabían que algo estaba mal», relató un testigo.
Ese testimonio es una prueba más de que a pesar de las advertencias, no se tomaron medidas. En resumen, los responsables son varios y sobre ellos deben recaer todas las sanciones cabibles. Prevenir y tomar todas las medidas de seguridad, evaluar no solo lo visible sino ir hasta lo estructura y, de ser necesario, cerrar pudo haber prevenido el desastre.
OLA DE TARDÍAS CLAUSURAS
En respuesta a la magnitud del desastre, el gobierno ha ordenado operativos de fiscalización en Lima y provincias para evaluar el estado estructural de los principales centros comerciales y verificar si cumplen con las normativas de seguridad vigentes. Inspectores de Defensa Civil, municipalidades y el Ministerio de Vivienda han comenzado a revisar techos, estructuras metálicas, conexiones eléctricas y planes de evacuación con el objetivo de prevenir nuevos incidentes.
- Real Plaza Puruchuco, en Ate: la municipalidad ordenó su clausura temporal tras detectar estructuras metálicas oxidadas y la ausencia de pernos en el techo, lo que representa un grave riesgo para los visitantes. La inspección evidenció un deterioro en las estructuras de soporte, lo que podría comprometer la seguridad del establecimiento. La administración del centro comercial deberá subsanar las observaciones para poder reabrir sus puertas, según informó la Municipalidad de Ate.
- Real Plaza Guardia Civil, en Chorrillos: la Municipalidad de Chorrillos llevó a cabo una inspección preventiva, en la que detectó múltiples deficiencias en la infraestructura interna. Según la entidad, se encontraron “fisuras en su infraestructura interna, moho acumulado en el techo de los juegos para niños e infraestructura expuesta”. El subgerente de Inspección y Control de Sanciones, Roland Jayo, afirmó: “Observamos fierro corroido y grietas cerca a la zona colindante al área de recreación para niños. No vamos a escatimar tiempo, ni recursos para garantizar la integridad de nuestros vecinos”. Tras la inspección, la municipalidad elaboró un acta de recomendaciones y la entregó a los encargados del establecimiento.
- Mega Plaza, en Independencia: se revisaron las Inspecciones Técnicas de Seguridad en Edificaciones (ITSE), se verificó la seguridad estructural y se inspeccionaron los sistemas de prevención de incendios, incluyendo rociadores y alarmas. Como resultado, se emitieron recomendaciones para mejorar la implementación de medidas de seguridad en el establecimiento.
- Real Plaza Huancayo: La inspección municipal detectó una inclinación irregular en el techo, con un ángulo de 10° en lugar de los 30° exigidos por normativa, lo que aumenta el riesgo de acumulación de agua y un posible colapso en caso de lluvias o granizo. Debido a la gravedad de la observación, se ordenó el cierre temporal del centro comercial por 30 días, periodo en el que deberá realizar las reparaciones estructurales y presentar los informes técnicos requeridos.
- Plaza Vea Huancayo: La fiscalización municipal reveló que el establecimiento operaba con un certificado ITSE vencido, además de registrar deficiencias en las instalaciones eléctricas y sanitarias. Ante estas irregularidades, se dispuso el cierre temporal por 30 días, tiempo en el que la administración del centro comercial deberá subsanar las observaciones para poder reanudar operaciones.
- Real Plaza Piura: a inspección detectó cables expuestos, fallas en el sistema de rociadores contra incendios y losetas en mal estado, lo que representaba un riesgo para la seguridad de los visitantes. Como medida inmediata, se ordenó el cierre temporal del patio de comidas, además de imponer una multa de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT) por las deficiencias encontradas.
- Real Plaza Chiclayo: los fiscalizadores encontraron deficiencias estructurales en las instalaciones, falta de mantenimiento en algunas áreas y cableado expuesto, lo que generaba un riesgo eléctrico. Se otorgó un plazo de tres días para que la administración del centro comercial subsane las observaciones y garantice la seguridad de los visitantes. La inspección fue de carácter ocular, ya que no se contaba con especialistas en evaluación estructural completa.
- Real Plaza Juliaca: La fiscalización se centró en la evaluación de seguridad estructural, resistencia de columnas, techos y vigas. Se detectaron observaciones que requerían atención inmediata, por lo que se otorgó un plazo de dos días para que el centro comercial realice las correcciones necesarias y presente un informe técnico sobre las condiciones de la infraestructura.
- Plaza del Sol (Ica): La Municipalidad de Ica clausuró el acceso al cine ubicado en el tercer piso del centro comercial, debido a riesgos de seguridad que podrían poner en peligro a los visitantes. La medida fue tomada tras una inspección que identificó deficiencias estructurales, cuyo detalle aún no ha sido revelado por las autoridades.
- Real Plaza Huánuco: La inspección municipal incluyó una evaluación ocular en todas las instalaciones del centro comercial. Se revisó el estado del techo del patio de comidas y otras áreas clave. Como resultado, se exigió a la administración del mall la presentación de planos estructurales y un informe detallado sobre la seguridad de la edificación.
- Plaza Vea Moquegua: la supervisión municipal incluyó una evaluación de las instalaciones eléctricas y los sistemas contra incendios. No se encontraron deficiencias graves, pero se emitieron recomendaciones de mejora para reforzar la seguridad del establecimiento y garantizar su correcto funcionamiento.