¡Abusador Sexual!:Cardenal Cipriani fue separado de la Iglesia por denuncia de abuso sexual

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CARDENAL CIPRIANI, EL PRIMER CARDENAL DEL OPUS DEI EN SU HISTORIA, ENVUELTO EN EL ESCÁNDALO

Denuncia motivó al papa Francisco a pedirle su renuncia y separación de la Iglesia Católica. Duro golpe al conservadurismo peruano.

Historia que casi nadie la sabía… hasta ayer. En 2019, el Papa Francisco, de las filas jesuitas, apartó al cardenal Juan Luis Cipriani (Opus Dei) de sus funciones eclesiásticas tras recibir una denuncia de abuso sexual. La acusación provino de un hombre que afirmó haber sido víctima de Cipriani en 1983, cuando tenía entre 16 y 17 años. Según el denunciante, los abusos ocurrieron durante sesiones de confesión en un centro del Opus Dei en Lima.
El denunciante, actualmente de 58 años, envió una carta al Papa en 2018 detallando los supuestos abusos. Afirmó que informó al Opus Dei en ese momento, pero no se tomaron medidas al respecto. Tras recibir la denuncia, el Papa Francisco actuó rápidamente, aceptando la renuncia de Cipriani y solicitándole que abandonara el país.
En tanto, la obra de monseñor Escrivá de Balaguer, el Opus Dei, emitió un comunicado pidiendo disculpas al denunciante por no haberle brindado la atención adecuada en 2018. Reconocieron que debieron manejar la situación de manera más diligente y expresaron su compromiso de mejorar sus protocolos para casos similares en el futuro.
Tras su retiro, Cipriani se trasladó a vivir entre Roma y Madrid. A pesar de las restricciones impuestas, continuó participando en actividades pastorales. En 2023, regresó a Lima y fue condecorado por el alcalde Rafael López Aliaga, lo que generó controversia debido a las acusaciones en su contra.
Este caso ha reavivado el debate sobre el manejo de las denuncias de abuso sexual dentro de la Iglesia católica. Aunque se ha implementado reformas para abordar estos casos con mayor transparencia, situaciones como la de Cipriani evidencian que aún existen desafíos significativos en la lucha contra el abuso y el encubrimiento en instituciones religiosas.
De deportista a pederasta Juan Luis Cipriani Thorne nació en Lima el 28 de diciembre de 1943. Antes de su vida religiosa, estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Nacional de Ingeniería y destacó como jugador de baloncesto, llegando a integrar la selección peruana que ganó el Campeonato Sudamericano en 1966.
En 1977, fue ordenado sacerdote en la Basílica de San Miguel de Madrid, España. Su labor sacerdotal en Lima se centró en la dirección espiritual de jóvenes y en la docencia, siendo profesor de Teología Moral en la Facultad Pontificia y Civil de Teología de Lima.
En 1988, fue nombrado Obispo Auxiliar de Ayacucho y, posteriormente, Arzobispo de la misma diócesis. En 1999, asumió el cargo de Arzobispo de Lima y Primado del Perú, posición que ocupó hasta 2019. En 2001, el Papa Juan Pablo II lo nombró cardenal, convirtiéndose en el primer miembro del Opus Dei en alcanzar este rango. A lo largo de su carrera, Cipriani fue una figura influyente en la Iglesia peruana y en la política nacional, conocido por sus posturas conservadoras y su cercanía al régimen dictatorial de Alberto Fujimori.

Acusó infidencia al Vaticano

Al conocerse la denuncia en España, el cardenal Juan Luis Cipriani, en una carta dirigida al diario español El País, afirmó que nunca cometió abuso sexual alguno y que fue sancionado “sin haber sido escuchado”. Además, criticó al Papa Francisco por imponerle medidas disciplinarias sin un proceso adecuado. “No he cometido delito ni he abusado sexualmente de nadie ni en 1982, ni antes, ni después. Se recogen acusaciones presentada a la Santa Sede en 2018, referentes a unos hechos presuntamente acaecidos en 1983”, se lee en la misiva.
Cipriani relató que, en agosto de 2018, fue informado de que había llegado una denuncia que -aduce- nunca se le entregó. También alegó que, sin “haber sido escuchado, sin haber sido más y sin que se abriera un proceso”, el 18 de diciembre de 2019, el Nuncio Apostólico le comunicó que la Congregación para la Doctrina de la Fe le había impuesto una serie de penas que limitaron su ministerio sacerdotal. “También se me pidió que guardara silencio, cosa que he hecho hasta ahora”, indicó. El religioso detalló que, el 4 de enero de 2020, tuvo una audiencia con el papa Francisco, quien le permitió reanudar sus “tareas pastorales”. “Así lo demuestra mi amplia actividad pastoral realizada durante estos años, predicación de retiros espirituales, administración de sacramentos, etc. En estos años fuera de Lima viví en Roma dedicado a mis trabajos como Cardenal miembro del Dicasíerio para la Causa de los Santos hasta que cumplí los 80 años y me retiré de toda ocupación en la curia romana y me trasladé a Madrid”, adujo. Cipriani calificó de “grave” que se publique una información que “parece proceder de documentación reservada por la Santa Sede”. “Por desgracia, no es la primera vez que se acusa a un cardenal en falso, con relatos llenos de detalles escabrosos”, acotó. “A pesar del dolor que todo esto me provoca, no guardo rencor al acusador, rezo por él y por todas las personas que han sufrido abusos por parte del clero católico, pero reitero mi completa inocencia”, cerró.

Carta del Opus Dei

Como vicario regional del Opus Dei en el Perú, me dirijo a ustedes
a propósito de una noticia en que se recogen serias acusaciones
contra el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo emérito de Lima.
Además de invitarlos a leer una aclaración que el cardenal ha
publicado esta mañana, les comparto algunas consideraciones.
En sus años como sacerdote incardinado en el Opus Dei (1977-
1988), el entonces padre Juan Luis Cipriani desarrolló una amplia
y generosa labor pastoral con miles de fieles, jóvenes y adultos
en nuestro país, hasta que fue nombrado obispo por el papa Juan
Pablo II (1988).
Con independencia de lo anterior, y como vicario regional,
pido perdón de todo corazón si no he sabido atender con plena
acogida a una persona que deseaba ser escuchada. En 2018, ante la
solicitud de una entrevista con el denunciante, sabía que no podía
interferir en una acusación formal ya iniciada ante la Santa Sede,
que es la vía que corresponde cuando se trata de un cardenal. Al
no tener competencia jurídica sobre el caso, cuando una persona
de la confianza del denunciante me pidió que me entrevistara con
él, reaccioné pensando que ese encuentro podía no ser positivo.
Hoy me doy cuenta de que podría haberle ofrecido una acogida
personal, humana y espiritual, que sí me consta que recibió de
otras personas del Opus De.

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