Paremos a los Acuña o nos destruyen el país

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Hagamos un llamado a los grupos políticos decentes, a esos que todavía les queda algo de moral, dejen de lado sus diferencias por un momento y enfrenten a esta mafia delincuencial que tomó por asalto el estado.

Por: Jorge Paredes Terry.

El nombre de César Acuña Peralta se ha convertido en sinónimo de un oscuro capítulo en la historia política del Perú. Su trayectoria, lejos de ser un ejemplo de liderazgo, se asemeja a una estela de escándalos de corrupción, nepotismo, autoritarismo y presuntos vínculos con el narcotráfico y el lavado de activos. Desde sus inicios en la Universidad César Vallejo, una institución plagada de acusaciones de irregularidades académicas y financieras, hasta su paso por la alcaldía de Trujillo, la gobernación de la Libertad, el congreso y sus aspiraciones presidenciales, Acuña ha tejido una red de poder que ha dejado tras de sí un rastro de impunidad y desgracias políticas.

Las acusaciones contra Acuña no son nuevas. El caso de la Universidad César Vallejo, con sus cuestionadas prácticas de admisión y sus presuntos manejos irregulares de fondos, es solo la punta del iceberg. Su ascenso meteórico a través de la política, pasando por la alcaldía de Trujillo y la gobernación, ha estado marcado por denuncias de nepotismo, donde familiares y allegados se han beneficiado de su posición de poder, generando un círculo vicioso de enriquecimiento ilícito. Su paso por el Congreso no ha sido menos controvertido, con acusaciones de obstrucción a la justicia y de utilizar su influencia para favorecer intereses particulares.

La más reciente acusación de proxenetismo, si bien aún se encuentra bajo investigación, añade una nueva capa de gravedad a las ya numerosas acusaciones que pesan sobre él. Esta denuncia, junto a las anteriores, pinta un retrato desolador de un hombre que ha utilizado su poder para enriquecerse y mantenerse en el poder, sin importar las consecuencias para el país. La presunta red de intercambio de favores con el poder Ejecutivo y Judicial, si se confirma, revelaría un sistema de corrupción sistémica que corroe las instituciones del estado y socava la confianza pública.

La impunidad con la que Acuña ha operado durante años es alarmante. A pesar de las numerosas investigaciones y denuncias, parece que siempre ha logrado evadir la justicia, dejando una sensación de frustración y desánimo en la ciudadanía. Su persistencia en la política, a pesar de las acusaciones, es una muestra clara de la debilidad de las instituciones y la falta de voluntad política para combatir la corrupción de manera efectiva. La historia de Acuña es un llamado de atención sobre la necesidad de una reforma profunda del sistema político peruano, una reforma que garantice la transparencia, la rendición de cuentas y la aplicación de la justicia, sin importar la posición social o política del acusado. Solo así se podrá romper el círculo vicioso de la corrupción y construir un futuro mejor para nuestra golpeada nación.

Las acusaciones de corrupción contra César Acuña Peralta son numerosas y abarcan diferentes etapas de su carrera política. Algunos ejemplos concretos son:

– Caso Universidad César Vallejo: La universidad fundada por Acuña ha sido objeto de múltiples denuncias por irregularidades académicas y financieras. Se le acusa de prácticas de admisión cuestionables, manejo irregular de fondos y de otorgar títulos sin una debida formación académica.
– Nepotismo en la Alcaldía de Trujillo: Acuña fue acusado de favorecer a familiares y allegados durante su gestión como alcalde de Trujillo, otorgándoles puestos de trabajo y contratos sin un proceso transparente.
– Caso «Viteri»: Acuña fue acusado de negociación incompatible por supuestamente favorecer a una empresa en la adjudicación de una obra pública durante su gestión como alcalde. El Ministerio Público solicitó una pena de cinco años de prisión en su contra.
– Compra de panetones: Acuña fue acusado de usar fondos públicos para la compra de panetones a una militante de su partido durante una actividad proselitista. El Ministerio Público solicitó una condena de cuatro años de prisión.
– Red empresarial para ganar licitaciones: Acuña y su hijo, Richard Acuña, fueron denunciados por presuntamente crear una red empresarial para adjudicarse obras públicas por más de S/ 10 millones en Trujillo.
– Caso «Plata como cancha»: El libro «Plata como cancha: secretos, impunidad y fortuna de César Acuña», basado en la vida de Acuña, expone una serie de denuncias de corrupción, incluyendo presuntos vínculos con el narcotráfico y el lavado de activos.
– Condena por difamación: Un juez condenó al periodista Christopher Acosta y a la editorial Random House por difamación agravada por las frases del libro «Plata como cancha» que mencionaban las acusaciones contra Acuña. Esta sentencia ha sido criticada por atentar contra la libertad de expresión.

El Legado Desolador de los Acuña.

Las acciones de los Acuña no se limitan a un cúmulo de acusaciones de corrupción; representan un impacto devastador en la población peruana, un legado de desconfianza, desigualdad y sufrimiento que se extiende a lo largo de décadas. Su trayectoria política, marcada por la opacidad y el enriquecimiento ilícito, ha minado la confianza en las instituciones, debilitando el tejido social y frenando el desarrollo del país.
La presunta relación de Acuña con el narcotráfico y el lavado de activos añade una dimensión aún más grave a su impacto. Si se confirman estas acusaciones, se estaría ante un caso de corrupción que no solo ha robado recursos públicos, sino que también ha debilitado la seguridad nacional y ha contribuido a la proliferación de la violencia y la criminalidad. El daño causado a la población peruana por las acciones de Acuña trasciende el ámbito económico; se trata de un daño social, moral y político que ha erosionado la confianza en el futuro del país. Su legado no es solo una mancha en la historia política peruana; es una herida abierta que afecta profundamente la vida de los ciudadanos. La lucha contra la corrupción no es solo una cuestión de justicia; es una necesidad fundamental para reconstruir la confianza y asegurar un futuro mejor para el Perú.

Un Llamado a la Unidad Nacional contra la Corrupción

El Perú está en juego. La corrupción, encarnada en figuras como César Acuña Peralta y su círculo, no es solo un problema político; es una amenaza existencial que está destruyendo el tejido social y económico de la nación. Ya no podemos permitir que la impunidad prevalezca. Es hora de dejar de lado las diferencias partidistas y unirnos en un frente común contra esta mafia delincuencial que ha tomado por asalto el país.

A los grupos políticos decentes, a aquellos que aún conservan un mínimo de moral y principios, les hago un llamado urgente a la unidad. Dejemos de lado las ambiciones personales y las estrategias electorales mezquinas; la supervivencia del país está en juego. Necesitamos una alianza estratégica, un pacto nacional contra la corrupción que trascienda las ideologías y las rivalidades. Debemos construir un frente común que investigue a fondo las acciones de Acuña y sus cómplices, que exija justicia y que trabaje para recuperar la confianza de la ciudadanía.

No se trata de una lucha partidaria; es una lucha por la supervivencia de la democracia peruana. La corrupción ha debilitado nuestras instituciones, ha generado desigualdad y ha robado el futuro de millones de peruanos. Si no actuamos con decisión y unidad, si permitimos que la impunidad siga reinando, el país se desmoronará. Es hora de actuar. Es hora de exigir responsabilidad. Es hora de construir un Perú libre de corrupción, un Perú donde la justicia prevalezca y donde la voz del pueblo sea escuchada.

Este llamado a la unidad no es una opción; es una necesidad imperiosa. El futuro del Perú depende de nuestra capacidad para superar las diferencias y enfrentar juntos a esta amenaza. Debemos exigir a nuestros representantes políticos que prioricen el interés nacional por encima de sus intereses personales y partidarios. Es hora de demostrar que la corrupción no es invencible, que la justicia sí existe y que el pueblo peruano tiene el poder de recuperar su país. ¡Basta de Acuña y de quienes como él se benefician de la impunidad! ¡Unidad por el Perú!

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