Salud mental: ¿Cuáles son los factores de riesgo de la depresión y ansiedad y cómo detectarlos a tiempo?

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– El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión y la Ansiedad. En ese contexto, recordamos que, en 2023, se atendieron más de 280 000 casos de depresión en el país.

En el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión y la Ansiedad, que se conmemora el 13 de enero, el Ministerio de Salud (Minsa) informó que en 2023 se atendieron más de 280 000 casos de depresión: el 75,5 %, es decir, tres de cada cuatro, son mujeres, y el 16,5 % son menores de edad. Hasta julio de 2024, más de 182 000 personas han sido diagnosticadas con ansiedad.

«Tanto la depresión como la ansiedad afectan significativamente la vida de las personas. La depresión se caracteriza por tristeza persistente y pérdida de interés en actividades, mientras que la ansiedad incluye miedo excesivo, inquietud y síntomas físicos como palpitaciones. En su forma crónica, la ansiedad puede ser debilitante», afirmó Beatriz Canessa, psicóloga, docente y jefa del Departamento de Orientación Psicopedagógica de la Universidad de Lima.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a diferencia de los cambios comunes de ánimo, la depresión se prolonga por largos periodos. Beatriz Canessa nos menciona los siguientes factores de riesgo:

Genéticos y familiares: antecedentes familiares de trastornos emocionales, predisposición genética, estilo de crianza y situaciones adversas.

Ambientales: estrés crónico (laboral, familiar, económico), eventos traumáticos (abusos, pérdidas, desastres) y cambios significativos en la vida (mudanzas, divorcios, cambios de trabajo).

Psicológicos: baja autoestima, perfeccionismo, autocrítica, dificultad para manejar el estrés, abuso de sustancias, rumiado y preocupación excesiva.

Biológicos: desequilibrios químicos en el cerebro (serotonina, dopamina, norepinefrina), enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión) y abuso de sustancias.

Socioculturales: aislamiento social, soledad, falta de apoyo, así como estigmatización o discriminación por género, orientación sexual, raza o situación socioeconómica.

Demográficos: son más comunes en jóvenes adultos y personas mayores. Las mujeres son más propensas, aunque los hombres pueden experimentar síntomas más severos. La pobreza, el desempleo y la inseguridad laboral aumentan el riesgo.

Señales de advertencia comunes

Para identificar los casos, la psicóloga menciona los siguientes signos de alerta:

Cambios en el ánimo: tristeza constante, irritabilidad, desesperanza o sentimientos de inutilidad.

Aislamiento social: evitar personas o actividades antes disfrutadas.
Dificultades para concentrarse: pensamientos dispersos, dificultad para tomar decisiones o recordar cosas.

Problemas físicos: fatiga crónica, dolores inexplicables, cambios en el apetito o trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia).
Preocupación constante: ansiedad excesiva sobre situaciones cotidianas o futuras.

Conductas de autolesión: pensamientos suicidas, intentos de suicidio o conductas autodestructivas.

Cambios en hábitos: consumo excesivo de alcohol o drogas, abandono de rutinas de ejercicio o higiene personal.

Consejos prácticos

Beatriz Canessa recomienda empatía y respeto al identificar señales de depresión o ansiedad. “Ofrecer apoyo emocional, escuchar activamente y fomentar la búsqueda de ayuda profesional son pasos clave en el proceso de recuperación”. Es importante promover el autocuidado con ejercicio, descanso adecuado, dieta balanceada y evitar que la persona se sienta estigmatizada por sus dificultades emocionales. La intervención temprana y el apoyo adecuado son fundamentales para mejorar el bienestar y evitar que empeoren los síntomas.

“También se recomienda meditación y relajación, contar con redes de apoyo, mantener una rutina para las tareas cotidianas, evitar la sobrecarga de información, así como practicar la autocompasión y ser más amable con uno mismo”, concluye la especialista.

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