El Vaticano expulsa a Luis Fernando Figari del Sodalicio de Vida Cristiana por abusos sexuales

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La Santa Sede toma medidas drásticas contra el fundador del Sodalicio, acusado de abuso sexual infantil, en un intento por restablecer la justicia y proteger a los fieles

El Vaticano ha expulsado a Luis Fernando Figari Rodrigo, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, en respuesta a las graves acusaciones de abuso sexual infantil en su contra.

Esta decisión, oficializada en un decreto de la Santa Sede, busca «restablecer la justicia dañada» por las acciones de Figari a lo largo de varios años y «proteger en el futuro el bien individual de los fieles y de la Iglesia».

La expulsión del Sodalicio se produce luego de una serie de denuncias que culminaron en investigaciones por parte de la Fiscalía peruana desde 2015, cuando se publicaron los escalofriantes testimonios en el libro «Mitad monjes, mitad soldados» de los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz.

El Sodalicio de Vida Cristiana, una organización católica fundada en 1971 y reconocida oficialmente por el Papa Juan Pablo II en 1997, ha estado bajo el escrutinio público debido a las acusaciones de abusos físicos, psicológicos y sexuales que han salido a la luz en los últimos años.

A pesar de que el grupo admite la existencia de abusos individuales, niega categóricamente que estos sean prácticas generalizadas dentro de la organización.

En su primera etapa, algunos miembros del Sodalicio, incluido Figari, fueron asociados con la lectura de literatura fascista, un elemento que, aunque lejano a las denuncias de abuso sexual, contribuye al perfil controvertido del grupo.

La expulsión de Figari se produce tras años de denuncias y testimonios que apuntan directamente a él como perpetrador de abusos sexuales. Tres de estos casos fueron presentados al Vaticano en 2011, pero no recibieron una respuesta inmediata.

La periodista Paola Ugaz y la exhermana sodálite Rocío Figueroa desempeñaron un papel crucial en llevar estos testimonios a las autoridades eclesiásticas. Aunque Figari se retiró en 2010, continuó residiendo entre Lima y Roma hasta su establecimiento definitivo en la capital italiana en 2015.

En una carta, Figari reconoció algunos errores, pero negó las acusaciones de abuso sexual, afirmaciones que su abogado, Juan Armando Lengua Balbi, ha defendido durante las investigaciones.

Sin embargo, la decisión del Vaticano marca un hito en la búsqueda de justicia para las víctimas y representa un fuerte mensaje de la Iglesia en la lucha contra los abusos sexuales dentro de sus filas.

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