Pobladores obligan a bajar del avión a Wilfredo Oscorima en medio de paro

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A FRUSTRACIÓN y el descontento estallan en Ayacucho ante los incumplimientos del gobernador regional.Protestas continúan.

En un episodio que refleja la creciente tensión en Ayacucho, el gobernador regional Wilfredo Oscorima fue obligado a bajar de un avión por ciudadanos furiosos que protestaban por la falta de cumplimiento de las promesas de su administración.
El incidente ocurrió en medio de un paro de 48 horas, convocado por los pobladores de los distritos de Tambillo y Acocro, quienes exigían la culminación de la carretera Huatatas-Tambillo-Acocro, una obra vital para la economía local y los servicios de salud. Oscorima se disponía a viajar a Lima cuando fue confrontado por un grupo de manifestantes de la provincia de Huanta, quienes lo forzaron a abandonar el
Este lunes, Edgar Stuardo Ralón, relator país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), inició una visita no anunciada a Perú, con el objetivo de dialogar sobre el informe emitido por el organismo respecto a las avión en un acto de desesperación y frustración ante la indiferencia del gobierno regional.
El paro en Ayacucho no solo afectó el sistema de transporte, sino también la educación y otros servicios esenciales. La carretera Huatatas-Tambillo-Acocro, cuya construcción se encuentra paralizada, es considerada crucial para el desarrollo agrícola y la accesibilidad a servicios de salud en la región.
Días antes, Oscorima fue agredido con botellas mientras intentaba dirigirse a la multitud en un discurso.
La paciencia de los ciudadanos parece haberse agotado, y su determinación de ser escuchados llevó a este dramático enfrentamiento. La situación escaló aún más debido al incumplimiento de un acuerdo firmado en mayo pasado en el Centro Poblado de Pampamarca, donde Oscorima y sus funcionarios se comprometieron a reanudar las obras.
Según ellos, la única manera de obtener resultados es mediante la presión, y el paro es una respuesta direc- ta a la falta de acción por parte del gobierno regional. “Hemos sido tolerantes, pero ahora vamos a acatar un paro para que la autoridad regional nos escuche”, expresaron con determinación. Este incidente pone de manifiesto la profunda crisis de confianza entre las autoridades y los ciudadanos de Ayacucho, quienes se sienten abandonados y traicionados por quienes deberían estar trabajando en su favor.

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