La Iglesia critica ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos: «Una burla» 

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La recreación de «La última cena» con personajes drag – queens escandalizó a la comunidad católica

El pasado viernes 26 se realizó la inauguración de los Juegos Olímpicos 2024 en París.Los organizadores del torneo no veían venir el escándalo que se desataría luego de la transmisión en vivo de la ceremonia. El espectáculo que pretendía mostrar y celebrar la diversidad en una escena protagonizada por dragqueens, una modelo trans y un cantante disfrazado de Dionisio, el dios griego del vino, originó una ola de críticas en todo el mundo.

La Iglesia Católica y sobre todo algunas figuras de la extrema derecha francesa salieron a criticar varias secuencias de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París que, por el contrario, ha recibido una acogida entusiasta entre la izquierda y los miembros del Gobierno de Emmanuel Macron.

En un comunicado del sábado, la Conferencia Episcopal francesa indica que esa ceremonia ofreció «al mundo entero maravillosos momentos de belleza, de alegría, ricos en emociones y universalmente saludados», pero en paralelo ha lamentado «profundamente» que incluyera «escenas de burla y mofa del cristianismo».

Los obispos franceses recuerdan a «todos los cristianos de todos los continentes que se han sentido heridos por la desmesura y la provocación de ciertas escenas», y el mensaje que les quieren transmitir es que «la fiesta olímpica» debe estar «muy por encima de los prejuicios de algunos artistas».

LA ULTIMA CENA CON DRAG- QUEENS
La escena que molestó a la Iglesia francesa
Los obispos no hicieron referencia a una secuencia en concreto, pero queda claro que se refieren a la que llevó por título «Festividad» y que era una parodia evidente de la última cena de Jesucristo con sus apóstoles, en este caso sustituidos por drag-queens, una modelo trans y el cantante Philippe Katerine casi desnudo, con algunos atributos de Dionisos, el dios griego del vino y la fiesta.

Las quejas fueron mucho más explícitas, directas y amplias desde la extrema derecha, que ha aprovechado para lanzar acusaciones contra el Ejecutivo del presidente francés por, según argumentan, hacer propaganda de la ideología «woke».

La diputada Laure Lavallette, del partido de Le Pen, tampoco se ha privado en su cuenta de X de reprochar directamente a Macron la parodia de la última cena que se hizo con el número de las drag queens, poniendo en paralelo una foto de esa secuencia con otra del conocido fresco de Leonardo da Vinci sobre ese tema: «¿De verdad era necesario?», dijo.

La izquierda y el Gobierno se felicitan
Las opiniones han sido de un signo totalmente opuesto entre los líderes de la izquierda, como el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, que se ha felicitado de que la ceremonia haya servido para poner en valor los «valores de libertad, igualdad y fraternidad, a los que se han añadido sororidad, paridad e inclusión».

Los organizadores del espectáculo se defendieron de las críticas alegando que «no pretendían ser subversivos, sino mostrar la diversidad de Francia».

El presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París, Tony Estanguet, afirmó que fue «una ceremonia para mostrar nuestros valores y principios, con mensajes fuertes de sororidad, de amor».

«La idea era lanzar un mensaje lo más fuerte posible. Tenemos en cuenta a la comunidad internacional, pero era una ceremonia francesa, en París. Tenemos libertad de expresión en Francia y queremos protegerla», explicó Estanguet.

 

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