LA ARREMETIDA FISCAL por el caso de los Rolex, habría acelerado el propósito del nuevo premier Gustavo Adrianzén de renovar el equipo ministerial con el fin de darle un nuevo aire al gobierno, hoy magullado
“El grupo de ministros que se considera inamovible está formado por González Olaéchea (RR.EE.), Julio Demartini (MIDIS), Eduardo Arana (Justicia), Daniel Maurate (Trabajo), Walter Astudillo (Defensa) y José Arista (MEF)
Las crisis siempre exigen medidas de gran calibre para superarlas. Por ello, en las últimas 48 horas ha crecido la necesidad de cambiar a los ministros que se considera no aportan o aportan poco a la gestión. Con ello, no solo se mejoraría el desempeño del Ejecutivo sino que se volvería a poner en primer plano el tema político y no los cuestionamientos personales a la presidenta de la República. Adrianzén, a su ritmo, ya tenía la idea de hacer cuatro cinco cambios; pero tras la ronda de conversaciones con las bancadas se ha convencido que no puede ir al
Congreso con rostros cuestionados. A ello se ha sumado que algunos ministros se han puesto de costado ante la minicrisis.
INAMOVIBLES Y MOVIBLES
Por ello, en el gabinete hay tres grupos. Los inamovibles, que continuarían, los criticados, que tendrían que dejar sus carteras y los dudosos, que dependen de que se encuentre rápido a él o los sustitutos.
El primer grupo está formado por los ministros que se quedan de todos modos. Ahí se ubican los más cercanos a la presidenta, entre ellos, el canciller Javier González Olaéchea, el ministro del Midis Julio Demartini, el ministro de Justicia, Eduardo Arana, el ministro de Trabajo Daniel Maurate y el ministro de Defensa Walter Astudillo. El canciller González-Olaechea ha estado al lado de la presidenta en todo momento, aconsejándola más allá de su función de manejo de las relaciones internacionales y, en pco tiempo, ha ganado su reconocimiento. Demartini es su colaborador desde el Midis y goza de toda su confianza, su círculo íntimo comenta que la presidenta lo está preparando para responsbailidades mayores. Arana se ha alineado totalmente con la presidenta y asesora su defensa, desde el punto de vista jurídico, pese a que antes no había sido cercano a ella. Maurate es íntimo de su hermano Nicanor y juega de puntal en el gabinete. El general Astudillo tiene un claro perfil profesional, que es apreciado por sus colegas, y un liderazgo reconocido y es el actor clave de la relación con las Fuerzas Armadas.
Caso aparte es el ministro de Economía, José Arista, quien también se encuentra en este grupo. El se acercó a Dina junto con el exministro Luis Carranza, de la mano de Demartini. La idea era que Carranza ocupaze el premierato y Arista el MEF. En un primer momento, Alberto Otárola se molestó por no haber sido informado de la reunión, pero luego aceptó que Arista sustituyera al insostenible Alex Contreras.
Tiene a su favor haber disminuido el déficit fiscal y hacer crecer el PBI. Por ello, Adrianzén no lo movería.
Dentro de los criticados, el que puntea el descontento es el titular del Interior Víctor Torres, a quien todas
las bancadas han solicitado cambiar.Luego sigue la ministra de Vivienda Hania Pérez de Cuéllar, quien ha fracasado en Vivienda, y a quien por el aprecio que le tiene la presidenta la movería de cartera. En tercer lugar, la ministra de Cultura leslie Urteaga también ha acumulado una serie de críticas del Congreso, los alcaldes y de la sociedad que determinarían su cambio. Otra candidata a ser removida es la ministra de Desarrollo Agrario Jennifer Contreras, tanto por su gris desempeño como por su cercanía al exministro vizcarrista Jorge Montenegro. La quinta candidata a irse es la ministra de Producción Ana María Choquehuanca, por su estilo confrontacional con las pymes y su falta de logros.
Los otros ministros están en evaluación, pero tienen a su favor la dificultad para convocar a profesionales que desempeñen esos cargos, Adrianzén no ha tenido tiempo de decidirlo.
NUEVA ESTRATEGIA
Uno de los aspectos de la nueva estrategia, que Adrianzén quiere poner en práctica, es no quedarse esperando los golpes de los medios de comunicación, sino también salir a responder. De hecho, ayer el primer ministro y el ministro del Interior acudieron a dos programas dominicales a “aclarar” el tema del allanamiento del domicilio de la presidente y Palacio de Gobierno, aunque en realidad no salieron tan bien parados. Por ello, Adrianzén tratará de que los nuevos ministros sean más “habladores” que los actuales.