Fujimori está desatado y hasta se olvidó de su balón de oxigeno
El anciano ex presidente Alberto Fujimori, a sus 85 años, no estaría dispuesto a pasar al retiro en la política nacional si nos atenemos a las pintas aparecidas en estos días en las que se anuncia “El Chino vuelve” y su irrupción para promocionar la reapertura de sus redes sociales (TikTok, Instagram y Facebook) y su página web.
Las pintas, de color azul, fueron realizadas en paredes de la Panamericana Sur (San Juan de Miraflores) y si bien no adelantan su candidatura presidencial (a la que está prohibido), sí denotan que está de vuelta, sin contemplar que recibió un indulto humanitario por las dolencias que sufre y la necesidad de caminar con un balón de oxígeno.
Además, Fujimori fortaleció las perspectivas de su retorno activo a la política al mostrarse orondo en un vídeo y anunciar que sus redes sociales ya están nuevamente abiertas e invitar a los ciudadanos a escribirle o estar en contacto con él.
Para este “cherry”, el expresidente apareció sonriente, con un llamativo polo celeste y sin el balón de oxígeno que siempre lo acompañaba. Se evidenciaría que ya no necesita el oxígeno, pues ya antes se le vio en un almuerzo respirando sin problemas.
Los abogados de Fujimori han adelantado que el expresidente, gracias al indulto humanitario, recuperó todos sus derechos ciudadanos, incluido el de poder postular a la presidencia de la República, pero los opositores afirman que engañó nuevamente a las autoridades para volver a salir en libertad.
Fujimori estuvo 15 años preso por lesa humanidad, condenado como autor mediato de las masacres de Barrios Altos y La Cantuta, y salió en libertad gracias a que el Tribunal Constitucional declaró válido el indulto humanitario que el entonces presidente PPK le otorgó en diciembre del 2017.
Familiares de las víctimas de Barrios Altos y La Cantuta, con apoyo de ONGs izquierdistas, demandan ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que Fujimori vuelva a prisión, además que se le procese por el asesinato de 9 dirigentes sociales en Pativilca, al norte de Lima.
Y una pregunta que ronda en calles y plazas es si apariciones como estas, con una misteriosa campaña de por medio, no concretiza algo que Fuerza Popular temía: que el líder histórico del fujimorismo le quite protagonismo a Keiko, candidata frustrada por tres veces consecutivas a la presidencia de la República.
