Pese a que los directivos de las empresas Tapusa, Casa y Mota Engil, las dos últimas integrantes del Club de la Construcción, confesaron ante la Fiscalía anticorrupción el pago de coimas para beneficiarse con obras, el Estado les sigue entregando millonarios contratos.
Una de las empresas más cuestionadas es Tapusa, que acaba ser beneficiada con una obra de 213 millones que está en proceso de firma y otra de 26 millones con Provías Nacional, pese a que es una de las principales acusadas en el escándalo del puente Tarata III, cuyo contrato fue anulado definitivamente.
Al respecto, el empresario Zamir Villaverde mencionó, en un audio entregado a la Fiscalía, que la compañía española Tapusa entregó “cien grandes” (100 mil dólares) al prófugo extitular del MTC, Juan Silva.
El monto estaba relacionado con la construcción del puente Tarata, en San Martín, que Provías Descentralizado dio a favor del Consorcio Puente Tarata III, conformado por la española Tapusa, la colombiana H. B. Estructuras Metálicas y la peruana Termirex.
La empresa española, que está en la mira del Ministerio Público, ha participado en consorcios que se adjudicaron 28 obras públicas valorizadas en S/1.760 millones y este año ha logrado contratos con el Estado por S/282 millones (ver cuadro).
En el caso de las empresas Casa y Mota, sus máximos funcionarios se acogieron a la confesión sincera admitiendo haber formado parte del Club de la Construcción que se instaló en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Luego se reciclaron y siguen contratando obras con el Estado.
El gerente general de Casa, Jaime Sánchez, quien se acogió a la colaboración eficaz y delató a su empresa y demás miembros del Club de la Construcción, informó a la Fiscalía que aportó dinero a la campaña de Pedro Pablo Kuczynski y recibió contratos por más de S/1.400 millones durante el gobierno de PPK.