En Otro Lenguaje
Por: Jaime Asián
“Y es que el país vecino convive con problemas similares a los que afectan al nuestro…”.
El resultado de las elecciones generales de ayer en Ecuador tiene para el Perú mayor importancia de lo que muchos creen. Y es que el país vecino convive con problemas similares a los que afectan al nuestro y sería adecuado que el sucesor o la sucesora del inoperante Guillermo Lasso, por ejemplo, enfrente con mano dura la violencia común y corte los hilos del crimen organizado, cuyos tentáculos se extienden hasta suelo peruano.
Algunos dirán “pero aquí no han matado a ningún candidato presidencial”, en referencia a Fernando Villavicencio, y es verdad, como lo es que la corrupción se disparó a niveles alarmantes, sobre todo en el gobierno de Pedro Castillo, y que la clase política asesina a diario la institucionalidad y la confianza de sus electores. ¿O no, congresista Digna Calle? De manera que el símil con la realidad ecuatoriana no es antojadizo, todo lo contrario.
Tan ligada está la coyuntura de Ecuador con la de Perú que una plaga común a contener es el narcotráfico. Por el país del norte sale la droga que se produce en nuestro territorio y Colombia y, si no rompen los carteles y las bandas criminales que riegan sangre a diestra y siniestra para lograr su cometido, habremos perdido una batalla vital para la paz de ambos pueblos. De ahí, insistimos, la trascendencia de quién comandará en adelante a los ecuatorianos.
Hacemos votos, entonces, para que nuestro vecino se ajuste la correa, elija pensando en su bienestar y, desde las ánforas, le cierre el paso al desgobierno, que ha dado pie a una inseguridad y violencia sin precedentes. Para muestra un botón: en apenas cinco años se pasó de 5,8 a 25,32 homicidios por cada 100,000 habitantes. Y esto tiene que parar con la misma urgencia con que demandamos acciones concretas en el Perú contra idénticos flagelos.