La Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de la Policía Nacional allanó un búnker que era empleado por una de las facciones de la organización criminal “Tren de Aragua” en el distrito de San Juan de Lurigancho.
La policía rescató a 13 mujeres y dos menores de edad de nacionalidad venezolana que eran explotadas sexualmente en un prostíbulo en el Jirón Guerra de la urbanización Mariscal Cáceres. Los hampones que operaban el prostíbulo fueron detenidos.
Los sujetos pertenecientes ala banda “Imperio Vip de San Juan de Lurigancho” portaban pistolas, municiones, 300 bolsitas con marihuana y otras 50 bolsitas con cocaína con stickers de “payaso”, logo que identifica a la organización.
13 mujeres eran víctimas de la explotación sexual y se encontraban en condiciones infrahumanas. Además, se detuvo a dos ciudadanos de nacionalidad extranjera: un colombiano y un venezolano. Uno de estos últimos intentó enfrentarse a balazos con la Policía.
El general Luis Jesús Flores Solís, jefe de la Dirincri, señaló que la intervención es una consecuencia de los operativos realizados durante el fin de semana, cuando se intervino a 101 personas en un bunker y las cuales quedaron 21 detenidos. “De ahí hemos obtenido información y hemos llegado a este lugar”, comentó.
Comentó que uno de los sujetos se iba a dar a la fuga por la parte trasera del inmueble utilizando un arma que comenzó a disparar contra el personal policial. Sin embargo, no logró herir a nadie pese a usar toda su cacerina (12 a 15 disparos) terminó siendo reducido.
Armas de precisión
Luis Flores comentó que las dos pistolas que se les encontró a los delincuentes son “armas de precisión”. “Estas armas son usadas siempre por los sicarios. Es una pistola que tiene quince disparos”, precisó.
“Estas damas habían venido al Perú con la finalidad de tener un trabajo honesto, pero resulta que al llegar acá fueron sometidas a la explotación sexual”, dijo y añadió que a las mujeres se les obligaba pagar entre 15 mil y 20 mil soles como cobro por haberlas traído al país.Las mujeres vivían en condiciones infrahumanas en un primer piso donde las 13 compartían una sola habitación y dormían en tres colchones tirados en el piso.
En la intervención también se encontró a dos menores de edad. Uno de ellos sería hijo de una de las víctimas de explotación sexual. También se halló tarjetas con las que los extranjeros ofrecían préstamos que luego se convertían en extorsiones bajo la modalidad del ‘gota a gota’.
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