Cansados de los robos, los vecinos de la zona de San Pedro, en Chimbote, atraparon a un presunto ladrón y, como escarmiento, decidieron enterrarlo.
Los pobladores de los asentamientos humanos de dicho sector detuvieron a una persona que fue sindicada de haber intentado robar en una vivienda. Otros dos cómplices lograron escapar.
Indignados por la constante sustracción de sus bienes, los vecinos maniataron al sujeto y le colocaron un cartel con la siguiente frase: “ya no robaré”. El presunto ladrón fue paseado por diversas calles a fin de que sufra el repudio popular.
Finalmente, los enfurecidos pobladores llevaron al sujeto hasta un arenal y realizaron un agujero donde lo metieron, para luego cubrirlo de tierra hasta el cuello.