● Su faceta de artista es importante, pero su mayor dedicación es para los que más necesitan en su comunidad.
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Hilda Chávez Enríquez, presidenta de la olla común Virgen de Cocharcas, ubicada en el asentamiento humano Defensores de la Patria, en Ventanilla, cocina junto a sus compañeras para más de 100 beneficiarios, quienes también la conocen por los huaynitos que canta mientras cocina.
Hilda es una conocida cantante en su comunidad y usa como nombre artístico “Flor de Moya”. Ella se levanta muy temprano con energías para atender a su familia y luego se dirige a la olla común que recibe apoyo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis). Esta mujer posee un canto que llena el alma y una sazón que alimenta y deleita a los comensales del asentamiento humano Defensores de la Patria.
Consciente del rol que cumple para apoyar a su comunidad, Hilda menciona que las personas y los vecinos a veces no tienen para comer y que también atiende a comensales que pasan y se sientan. “Yo tengo que servirles y atenderlos, porque la necesidad está para todos, ya que a veces la plata no nos alcanza”, comenta Hilda.
Esta lideresa, querida por todos, recuerda cómo llegó a ser una conocida cantante de huayno y nos cuenta que los fines de semana la contratan para distintos eventos. Este talento lo descubrió su hermano cuando le pidió que entone un huaynito, ante la insistencia Hilda accedió, lo que provocó la sorpresa y admiración de todos. Seguidamente, La Flor de Moya ganó un concurso de canto deslumbrando al jurado calificador.
Con mucha nostalgia, nos mostró fotos donde se le acompañada de Eusebio Grados, más conocido como el “Chato Grados”.
Hilda es una mujer agradecida a la vida por la oportunidad que le brinda de poder dar la mano a los que más necesitan, pero también valora el apoyo que reciben las ollas comunes, por parte del Midis. “Bueno yo estoy bastante bien agradecida al ministerio, que siga dándonos nuestros víveres para poder dar a nuestros vecinos, a los niños que acá sufren de anemia”, precisó.
Esta aguerrida mujer, una de las tantas beneficiarias del apoyo que brinda el Estado, mientras mira sus fotos y su vestuario, recuerda sus presentaciones en grandes escenarios, pero su máxima satisfacción hoy por hoy es dedicar su tiempo a trabajar por los que más necesitan en su comunidad. Hilda mira la vida con optimismo cantando y encantando con su sazón, de esta manera ayuda a su comunidad, y se esfuerza por apoyar a su familia.