Perú ha demostrado que puede desarrollar su propia tecnología para la investigación científica y prueba de ello fue la inauguración en mayo pasado del primer radar meteorológico, bautizado como SOPHy, a cargo del Instituto Geofísico del Perú (IGP). Para el 2023, la entidad continuará promoviendo el desarrollo de tecnología hecha en el Perú y, en el segundo semestre del año, asentará las bases del nuevo Laboratorio Geofísico de Desarrollo Tecnológico.
El radar metereológico SOPHy (Scanning-system of Observation of Peruvian Hydrometeorological-events en inglés) es resultado de más de 60 años de investigación científica y es una herramienta que permite monitorear las precipitaciones en temporada de lluvias, a un costo que solo representa la tercera parte de lo que se puede encontrar en el mercado internacional.
Su misión -como parte del proyecto TAMYA (lluvia en quechua)- es conocer el impacto que tiene el cambio climático en los cuerpos de nieve andinos como el nevado Huaytapallana, en Junín.
El doctor Hernando Tavera, presidente ejecutivo del IGP, señaló a la agencia Andina que luego de concluirse ese estudio se planea poner el radar al servicio del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi). El objetivo final, sostuvo, es que cada región cuente también con su propio radar.
El radar SOPHy no es el primero ni el único desarrollo tecnológico promovido por ingenieros, técnicos e investigadores peruanos del IGP. Incluso, la tecnología peruana también es utilizada fuera de nuestro país, como los magnetómetros que operan en Sudamérica para el estudio del campo magnético. El IGP obtuvo su primera patente otorgada por el Indecopi en el 2015 con magnetómetros digitales que fueron diseñados en el país.
«Eso es obviamente porque, poco a poco, la comunidad internacional se da cuenta dónde es que puede adquirir este tipo de instrumentación y a un menor costo», resaltó Tavera.
Perú como centro de desarrollo tecnológico
En los últimos 20 años, estimó Tavera, nuestro país se ha equipado con dispositivos tecnológicos que le permite, año a año, incrementar la producción científica a nivel local. Es así que, en el 2022, el IGP ha publicado 11 investigaciones científicas, además hay otros 14 papers en revisión.
Sin embargo, el equipamiento necesita mantenimiento, lo que puede requerir un amplio presupuesto. En esos casos, no solo se debe cubrir el gasto del envío al extranjero, también los repuestos, la mano de otra y todo lo que se necesite.
«En este momento, tenemos la capacidad de hacer nuestra propia reparaciones, pero también necesitamos las infraestructura con todas las condiciones necesarias», dijo Tavera.
Es por ello que uno de los planes más importantes del IGP para el 2023 es empezar a construir en Lima el Laboratorio Geofísico de Desarrollo Tecnológico, una obra que empezaría en el segundo semestre y que requerirá de al menos un año para su finalización.
Además, se espera fortalecer los pequeños grupos de investigación y desarrollo tecnológico en cada sede del IGP al interior del país.
Investigación científica sin límites geográficos
Este 2022 también se inauguró el Observatorio Vulcanológico del Sur en Sachaca, Arequipa, un centro de investigación de los volcanes que el Instituto Geofísico del Perú monitorea en tiempo real. Así, este observatorio -que empezó a operar en agosto- permitirá incrementar la investigación científica en vulcanología, sismología, cambio climático y del geo-espacio, y otras especialidades en ciencia.
«Nosotros hemos descentralizado la investigación (científica). Los profesionales que egresan de las regiones tenían que trasladarse a Lima para ser parte de la institución y ahora tenemos la oportunidad de que puedan hacer las investigaciones con mayores facilidades, de manera local, estando en casa», sostuvo el jefe del IGP.
Por otro lado, durante el próximo año, un grupo de profesionales del IGP se trasladarán a Arequipa para empezar el proyecto de desarrollo de un sistema de alerta temprana en épocas de lluvia para la región sur, que obtuvo cofinanciamiento del Concytec.
El sur del país no será el único beneficiado con estas iniciativas de descentralización de la ciencia. En Piura también hay equipos del IGP dedicados a la investigación, y cuyos aportes serán de apoyo al gobierno regional.
Este año también se logró la implementación de 106 sensores a lo largo de la zona costera (desde Tumbes hasta Tacna) para el Sistema de Alerta Sísmica Peruano (Saspe), cuyo objetivo es monitorear la actividad sísmica y advertir de cualquier riesgo para la población.
El siguiente paso, en el 2023, será empezar con las capacitaciones a la población -a cargo de Indeci- y seguir con las primeras pruebas.