Leia Chavarría Dávila, la primera peruana que consiguió la beca más prestigiosa de la Universidad de Berkeley

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Los peruanos siguen marcando historia. Esta vez una joven de 18 años de edad ha marcado una meta educativa para los estudiantes del país. Leia Chavarría Dávila se ha convertido este año en la primera peruana en ganar la beca Regents’ and Chancellor’s Scholarship para estudiar en la Universidad de Berkeley.

Acceder a esta beca no es algo sencillo. Ella fue seleccionada de entre 128 mil personas. Las posibilidades para un postulante extranjero son mínimas, por ello, solo cinco estudiantes internacionales lograron obtener la tan aclamada beca, entre todos ellos se encontraba la peruana que también es egresada del Colegio de Alto Rendimiento del Perú (COAR).

Leia Chavarría, una joven que visualizó su futuro

El 16 de setiembre del 2004, nació en Chosica una joven que desde temprana edad marcaría un nuevo reto para los estudiantes peruanos. Leia Anapaula Chavarría Dávila, hija de Judit Dávila una enfermera que cuida personas adulto mayores y Edgar Chavarría, un suboficial de tercera de la Policía Nacional del Perú, reveló para Infobae cuál fue el secreto para convertirse en la primera peruana en ser becada por Berkeley y todo lo que tuvo que dejar en el camino para hoy ser parte de una de las universidades estatales más prestigiosas del mundo.

Cuenta que los dos primeros años de secundaria los cursó en el Colegio Manuel Gonzales Prada, pero desde aquel tiempo, ya tenía en mente una de sus primeras metas y era ser parte del COAR. Es así que postuló y logró ingresar para estudiar los tres últimos años de secundaria en este lugar. Cuando llevó sus clases supo cuál sería su siguiente objetivo, los estudios en el extranjero.

“Con 13 años, yo sabía que quería estudiar en una universidad del extranjero. Mi padre también me decía que afuera había más oportunidades. Llegó el 2021 y pude definir todo […] Sabía que quería una beca completa y además, estar en una de las mejores universidades del mundo”, dijo la hoy estudiante de Berkeley.

Pero ¿cómo lo logró? Su paso por el COAR fue un gran impulso, así como el apoyo de su familia.

La vida en el COAR

“El ambiente del COAR es totalmente distinto. Premian la calidad de la educación, el aprendizaje, el compañerismo, fue un lugar bastante clave para prepararme”, declaró Leia para este medio.

No hay duda de que el cambio fue notorio. Esta institución cuenta con los alumnos más destacados de colegios estatales a nivel nacional y los prepara para ser competitivos a nivel educativo con los alumnos más sobresalientes de otros países.

“La exigencia académica fue la diferencia más notoria”, agregó Anapaula Chavarría.

Para entender cuál es la diferencia educativa entre un colegio regular y el COAR, la ahora exalumna del Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú nos da detalles al respecto.

Un día normal en este colegio inicia a las 5:00 a.m. El estudiante se levanta y tiende su cama (obligatorio). Luego, tiene que ir a ducharse, cambiarse y a las 7:00 a.m. hacer una fila y dirigirse hacia los comedores para obtener el desayuno que es balanceado. Ahí los alumnos se encuentran con los chefs y los nutricionistas.

Tomar el desayuno dura entre 20 a 25 minutos, pues a las 7:30 a.m. inicia la primera clase. Los salones están muy bien equipados, ya que los estudiantes cuentan con laptops personales, lockers, útiles y además un proyector en cada clase.

Durante el día tienen entre 4 a 5 clases en las cuales debaten, refutan, expresan sus ideas y demás. La cantidad de horas en total que le dedican a los estudios es de hasta 12 horas. Dentro de esas horas hay dos recreos de 15 minutos cada uno y la hora del almuerzo.

Alrededor de las 6 y 6:30 p.m. las clases culminan. Luego, usualmente los alumnos buscan espacios en la biblioteca para continuar sus tareas, mientras otros hablan con los profesores de la especialidad que requieran.

A las 11:00 p.m. todas las luces deben de estar apagadas y todos los alumnos deben de estar descansando.

En los dos últimos años de estudio, preparan a los alumnos para obtener el diploma de Bachillerato Internacional, por lo que, durante el tercer grado de secundaria, las clases son al nivel de un preuniversitario.

“La exigencia es una de las aptitudes que más me gustan, y en el COAR se volvió parte de mi día a día”, confesó Leia Chavarría.

DATO: El COAR es un colegio que rige bajo la modalidad de internado, en el cual hay habitaciones para todos los estudiantes de dicha institución.

Sus padres, el apoyo y motivo de sus logros

Los padres juegan un rol importante en la vida de sus hijos, los cuales muchas veces son influenciados acorde a lo que ven o escuchan de sus progenitores o tutores. La familia Chavarría Dávila, aunque estaba poco ligada al mundo de las ciencias, siempre impulsaron a Leia a seguir buscando mayor conocimiento y la mayoría de veces lo hicieron a través momentos familiares donde compartían una película o escuchaban música.

“Fue a través de la música, películas, entre otras cosas más que me inculcaron el seguir buscando más conocimientos porque eso trasciende todo. La ciencia y la tecnología estuvo presente desde ese frente”, rescató la peruana.

Al consultarle si había algún método de estudio, previo a su ingreso al COAR, Leia nos confió la metodología que su madre utilizó con ella.

“Mi madre fue la que me ayudó un poco más en mis tareas. Ella tomaba los exámenes anteriores y en una hoja los escribía, cambiándole algunas cosas y me pedía que los desarrolle, así pude aprender más y ya luego yo misma repasaba los temas”, recordó Leia.

Una disciplina que la llevó a obtener los primeros puestos en el colegio y que posteriormente la llevaría a estudiar en el país más avanzando en ciencia y tecnología.

La pandemia, y su ingreso a Berkeley

Con la pandemia encima, Leia no podía realizar las actividades comunes que hacía en el COAR, así que, como permanecía mucho tiempo en casa como la mayoría de personas, le sacó provecho al internet y a la era de la virtualidad.

“Gracias a la virtualidad pude contactar a bastantes peruanos que ya estaban estudiando en Estados Unidos. Utilicé mis redes para eso y me ayudaron a tener más claro el proceso que debía de seguir”, sostuvo Chavarría.

Con los objetivos fijos, Leia Anapaula comenzó su proceso. Sabía que el inglés era indispensable, y es por eso que decidió tomar el examen Duolingo English Test, el cual es esencial para probar el nivel de inglés en Berkeley y algunas otras universidades. A la misma vez, preparó sus ensayos y postuló. Pero esa no fue la única opción, y aplicó a otras universidades más.

“La ciencia y la tecnología son lo que más me apasiona y sé que el mejor lugar para estudiarlas es fuera, sobre todo en Estados Unidos, que es un país muy avanzado en el tema”, expuso la joven promesa del Perú.

“Si quiero ser una de las mejores en lo que hago, entonces tengo que ser una de las mejores estudiantes del mundo y para eso, tengo que ir a una de las mejores universidades del mundo”, agregó Leia.

Ella esperaba que la respuesta de todas las universidades a las que había postulado, le lleguen entre el 15 y el 30 de marzo; sin embargo, en el mes de febrero le llegó un correo de la Universidad de Berkeley en el que decía que su aplicación había sido anunciada, pero nada referente a su ingreso. Un enlace se encontraba en medio del mensaje y por curiosidad de dio clic y al ingresar, grande fue su sorpresa.

“Hice clic al enlace por curiosidad, y la pantalla se llenó de confetis y había un mensaje de felicitaciones. Finalmente, había ingresado a Berkeley”, dijo mientras recordaba con mucha emoción aquella noticia que invadió de felicidad su vida y la de su familia. Lo siguiente era postular a la beca Regents’ and Chancellor’s Scholarship, la cual también pudo conseguirla durante el proceso.

Una piedra se cruzó en su camino, y era el tema económico. Si bien, la beca cubría el estudio completo, esto no se extendía a los gastos de estadía y pasajes de avión. Por ello, sin temor ni ningún complejo, salió a través un medio de comunicación estatal a solicitar el apoyo económico que necesitaba. La Fundación Romero se hizo presente y se encargó de esos gastos extras que eran indispensables para poder hacer efectiva su beca.

Como la mayoría de peruanos Leia, siente la nostalgia de poder acudir a una tienda y encontrar una gran variedad de frutas de diferentes tamaños y sabores marcados, los mismo con las verduras e inclusive con las comidas. En diciembre regresará a Perú para poder deleitarse con la comida que ofrece el país que la vio nacer.

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