Tras el cierre del XV Congreso Forestal Mundial en Seúl, el mensaje es contundente: es necesario actuar ya para prevenir la persistente degradación de la masa boscosa del mundo y una de las acciones más apremiantes pasa por triplicar de aquí al año 2030 la inversión en bosques y su restauración.
Esta cita ha reunido a más de 15,000 participantes de 141 países, y a través de un comunicado resaltan la importancia los bosques y la silvicultura a la hora de ofrecer soluciones para el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación de la tierra, el hambre y la pobreza.
Entre las principales recomendaciones «urgentes» del documento está la de mejorar la cooperación a nivel político, planetario y vertical, ya que los bosques «son vitales para la biodiversidad y los ciclos del carbono, el agua y la energía a escala planetaria».
El comunicado recuerda, asimismo, que los bosques deben mantenerse «sanos y productivos» para «reducir el riesgo y mejorar las respuestas» con respecto a futuras pandemias.