Los tatuajes de mi ex
AMPARO. – Doctora querida, atolondrada estoy con el reencuentro acontecido con mi ex. Tan diferente él en la apariencia que ha cultivado, mientras yo me he vuelto a entregar con esa pasión delirante que le reservo.
Sin embargo, debo confesarle que no voy con esas tonterías de los tatuajes y aretitos qué ¡carajo! me parecen mariconadas, aun cuando Felipe -así se llama- mantiene sus cualidades viriles al momento de estar íntimamente.
El nombre de su signo zodiacal, un dragón, un corazón; una pelota incrustada en las redes de un arco de fútbol ¡por Dios, qué cojudeces me parecen! Hasta en las nalgas tiene a Messi, qué bajeza tanta simpleza. Como yo digo: ovejas, todos hacen lo mismo, sin distinguirse. ¡Se pasó mi Felipillo!
Me pregunto ¿tanto hemos caído las mujeres para que estas presentaciones se consideren como arte, masculinidad, etc.? Pero, si hasta parecen delincuentes con todo el cuello tatuado.
Es más, hasta me propuso que yo también me hiciera ¡Cómo? le exclamé y puse fin a la sesión. Creo que ya fue conmigo. Y yo que esperaba poesía, versos primaverales, mariposas al oído … O a lo mejor la errada soy yo, me digo.
Ayúdeme por favor querida licenciada. Sean sus palabras una aclaración ante estos tiempos modernos que no dejan de sorprendernos con lo que hasta en la cama vemos, en fin.
EL CONSEJO
Amparito, no te falta razón, estamos llegando a un extremo de degradación sin límites. Hay gente que, por ‘moda’ llega a lo ridículo. Estoy contigo.
