Falleció la gorila a quien los cazadores dejaron huérfana
Con 64 años a cuestas, puedo asegurar una vez más que, la mejor etapa de mi vida personal, laboral y profesional fueron esos diez años (del 85 al 95) que ejercí en el entrañable Parque de Las Leyendas. Cuando los animales de cuatro patas no tenían agua (había que comprar el líquido elemento en cisternas).
En todo ese tiempo -trabajando allí, en el primer zoológico del Perú fundado por el destacado ecologista Felipe Benavides Barreda a quien conocí y trabajé con él estrechamente-, pude comprobar la rigurosa relación hombre-animal.
Y es que, desde el inicio de la vida en la tierra, el ser humano ha tenido un trato directo con los animales; ya sea desde una postura superior y vencedora hacia ellos o como iguales y de reconocimiento por parte del hombre como seres sensibles.
Sin embargo, más allá de sus nefastas acciones para con la naturaleza y sus hermanos menores los animales, hoy mientras con horror comprobamos el mal accionar humano, igual nos parte el alma cuando miramos esos ojos que nos dicen mucho, ya sea de esa mascotita que nos acompaña, de esa jirafita que crece, o de la elefanta aquella ¡’Yumbo’! que los domingos se hacía tres funciones de circo en Las Leyendas: parándose en sus dos patas traseras, caminando sobre ellas, etc.
Mencionamos todo esto, porque el pasado 26 de setiembre falleció un ser exclusivo que en 1919 hizo historia: la gorila ‘Ndakasi’ quien posó junto a su cuidador y amigo André Bauma, para inmortalizar ese autorretrato que se tomaron en el Parque Nacional de Virunga (PNVi) de la República Democrática del Congo. Una imagen que los catapultó a la fama en internet, cuando se volvió viral en el Día de la Tierra.
Ella, una gorila famosa por su historia y personalidad que se había convertido en uno de los atractivos de esa joya natural y turística del este de la República Democrática del Congo. ”Con gran pesar Virunga anuncia la muerte de la gorila de montaña huérfana ‘Ndakasi’, que residía en el centro de Senkwekwe desde hacía más de una década”, señalaba el comunicado del PNVi. “El 26 de septiembre por la noche, después de una larga enfermedad, su estado se deterioró rápidamente y Ndakasi’ murió en brazos de su guardia y amigo de siempre, André Bauma”, añadía la comunicación.
”La vida de ‘Ndakasi’ está bien documentada y su cálida personalidad ha aparecido en muchos programas y películas (…)”. recordaba el PNVi.
Respecto al selfie del guardabosque con dos gorilas de pie y su compañero en el fondo, dejó a muchos boquiabiertos, pues la escena muestra a los dos primates mirando hacia la cámara, uno de ellos totalmente erguido y el otro, asomándose por detrás del autor de la imagen como si no quisiera quedarse sin salir en la foto.
Ambos animales llegaron en julio del 2007 al parque recinto, habiéndose quedado huérfanos con solo dos y cuatro meses de edad, después de que cazadores furtivos mataran a sus madres. «Crecieron viendo a esos guardabosques cuidarlos, así que los consideraban sus padres», aseguró la institución.
Dicho esto sobre tan conmovedor acontecimiento, nos acoge un apenado sentimiento; con la preocupante reflexión por esa triste clarinada que no vamos bien. Cambiemos nuestras acciones, para amenguar el daño a esas especies que el Redentor dispuso nos acompañen, en esa naturaleza donde la vida animal grandiosamente aporta. Seamos dignos de ello.
Descansa en paz ‘Ndakasi’, estás en nuestros corazones.