“El detective no se forja o crea; nace, con la grandiosidad de su mística y perseverancia”
-SOS HUGO WAGNER RODRIGUEZ PÉREZ (r)-
Por: LUIS A. PARDO ALTAMIRANO
“Trabajábamos con traje de civil, la denominación de nuestros grados eran distintos a la de la policía uniformada: Sub Comisario, Comisario Segundo, Comisario Primero, Comisario Superior, Inspector; Inspector Superior, Inspector Mayor e Inspector General”, nos cuenta el Sub Oficial Superior en retiro Hugo Rodríguez Pérez.
Agrega que los detectives sólo usaban uniforme en su etapa de formación allá en su Alma Máter (Aramburú N° 550); y se graduaban elegantemente vestidos con smoking, para luego desempeñar su delicada misión vistiéndose con terno (modelo clásico o cruzado), caracterizándose ellos (y ellas), ciertamente, por su sobriedad y elegancia en el vestir.
El típico peruano
La gente nos conceptuaba como una mezcla del típico peruano criollo: jaranero, pendejo. Éramos conocidos como los ‘PIPs’, ‘rayas’, ‘tiras’. Las camionetas en que nos desplazábamos para las indagaciones y capturas fue bautizado -con el argot delincuencial- como ‘La Burra’. Agrega el también comunicador social.
Consultado sobre la típica placa que portaban, Rodríguez nos detalla que los delincuentes más feroces tenían un comportamiento sumiso ante la muestra de la placa-insignia, la misma que iba sujeta a una cadena de oro; desde la pretina del pantalón a uno de los bolsillos del pantalón.
“No existía puerta que no se abriera, de par en par (cines, espectáculos públicos y privados, estadios, discotecas, clubs nocturnos, etc.). Por todo eso, aquel distintivo fue bautizado como “La Milagrosa”, acota al respecto el ex PIP en retiro ahora.
En épocas de terrorismo
Para contrarrestar los embates terroristas se creó la unidad especializada, la Dirección Contra el Terrorismo (DIRCOTE); unidad policial que tras más de una década de fundación logró ‘La captura del siglo’, mérito que se quiso atribuir a otros estamentos, nos dice el sub oficial en retiro.
“Echo de menos las temidas y sorpresivas ‘batidas’ efectuada por los detectives de la “Brigada Criminal”, las Divisiones de Robos o la Brigada del Callao, en la madrugada de los días jueves, viernes y sábado, en los lugares frecuentados por personas de mal vivir que se encontraban al margen de la ley, lográndose la captura de peligrosos delincuentes, homicidas sanguinarios y la captación de confidentes confiables”, acota el sub oficial.
Este valeroso miembro de la ex PIP, Hugo Rodriguez, laboró en diversas estaciones PIP; fue denominado Ángel del Papa (cuando nos visitó Su Santidad Juan Pablo II), realizó cursos de comando en Perú (Los Sinchis) y en EE.UU./GEORGIA (Escuela las Américas).
Las ‘manitas GR’
Pero en la PIP, por supuesto que también había mujeres. Así, después de una llamada internacional hasta Francia, dimos con la Sub Oficial Superior Gladys Vilma Gómez Reyes quien junto a su hermanita Dalila no solo integraron tan honorable institución policial peruana, sino que al mismo tiempo se consolidaron como licenciadas en Ciencias de la Comunicación.
“En nuestra épocas no era necesario la presencia de patrulleros ni vehículos policiales, mucho menos de personal uniformado, Hoy, a semejantes acciones lo denominan ‘mega operativos’, con centenares de policías uniformados fuertemente armados y decenas de vehículos policiales, así como la presencia de fiscales y gran cantidad de periodistas para que al final logren capturar sólo a homosexuales, travestis y borrachos, salvo algunas excepciones que si merecen dicha cobertura”, nos dice la dama.
Mil oficios
Dalila Gómez Reyes cuenta con nostalgia “En horas de la madrugada recuperábamos fuerzas con un suculento, exquisito y caliente caldo de gallina o de cabeza de carnero, descansábamos solo algunas horas y luego seguíamos con el trabajo”.
“Nosotras las detectives mujeres, teníamos tanta capacidad para plasmar diversos documentos -redactados en esas antiguas y pesadas máquinas de escribir- que eran leídos por abogados, periodistas, fiscales y jueces; a ellos prácticamente les dábamos masticaditos los casos. Los delincuentes nos temían, pues nuestra atribución y función era ponerlos en la cárcel, o sea éramos especialistas en delitos”, culmina la también comunicadora social y especialista en Derecho.
A través de este medio digital, honor y gloria para estos distinguidos peruanos de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP),a quienes recordamos y valoramos siempre.