Según el Reporte de Tendencias Globales de desplazamiento forzado en el 2020 de ACNUR, un por ciento de la humanidad está desplazada de manera forzosa, el doble que en 2011, alcanzando un número sin precedentes: 82.4 millones de personas. Entre las razones detrás de estos movimientos humanos se encuentran la persecución, el conflicto, la violencia, las violaciones a los derechos humanos o los acontecimientos que alteraron gravemente el orden público.
Del total de personas refugiadas y desplazadas, el 68% proviene principalmente de cinco países: Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar. La gran mayoría de personas refugiadas (86%) están acogidas en países vecinos a la zona de crisis y en países con recursos medios o bajos.
Por séptimo año consecutivo, Turquía es el país que acoge la mayor cantidad de refugiados en el mundo con 3.7 millones a fines de 2020. Asimismo, en América Latina encontramos al segundo país con mayor cantidad de refugiados en el mundo: Colombia, país que da hogar a 1.7 millones de refugiados y desplazados venezolanos. Perú también se mantiene entre los primeros diez países de acogida de personas forzadas a abandonar sus hogares con más de un millón de personas venezolanas en el territorio.
El reporte también revela que 1.1 millones de personas han presentado nuevas solicitudes de asilo. Estados Unidos es el principal receptor de nuevas personas solicitantes de asilo con 250.800. Perú ocupa el quinto lugar en esta categoría con 52.600 nuevas solicitudes solo durante el 2020. En cuanto a la totalidad de solicitantes de refugio en el país, Perú continúa ocupando el segundo lugar, después de Estados Unidos, con medio millón de personas solicitando la protección internacional.
Lamentablemente, las cifras nos muestran que del total de personas desplazas por la fuerza, el 42% son niñas y niños. Es una población particularmente vulnerable, especialmente cuando las crisis se prolongan durante años. Estimaciones de ACNUR, muestran que casi un millón de niñas y niños han nacido como refugiados entre el 2018 y 2020. Muchos de ellos podrían seguir siendo refugiados por muchos años.
En este contexto, ACNUR urge a los líderes mundiales a intensificar sus esfuerzos para fortalecer la paz, la estabilidad y la cooperación con el fin de frenar y empezar a revertir la tendencia de casi una década de aumento de los desplazamientos a causa de la violencia y la persecución.
Asimismo, Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados recordó: “Detrás de cada número hay una persona forzada a dejar su hogar y una historia de desplazamiento, desarraigo y sufrimiento. Merecen nuestra atención y apoyo, no solo mediante la ayuda humanitaria, sino también con la búsqueda de soluciones a su difícil situación».