Viejas demandas y nuevos desafíos en el contexto del COVID-19
Los notables avances del proceso educativo, la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19 ha determinado la masificación de la enseñanza remota y/o virtual como alternativa a la drástica paralización de los sistemas educativos. La cuestión, sin embargo, reside en la precarización del desigual servicio educativo debido a causas preexistentes, puesto que, implica la flexibilización de la evaluación. Estos aspectos son muy sensibles en la calidad de la Educación Superior a Distancia u Online.
En tiempos de covid-19
La UNESCO en el marco del seminario virtual para América Latina y el Caribe: No dejar a nadie atrás en tiempos de la pandemia del COVID-19 celebrado en Santiago de Chile (julio 2020), precisaba que a principios de abril y como consecuencia del cierre de las instituciones educativas como medida de contención de la pandemia, más de 1 mil 576 millones de estudiantes de 186 países estaban fuera de las escuelas y universidades. De ese total, más de 160 millones correspondían a estudiantes de los países de América Latina y el Caribe. Con relación a Perú, la situación es desoladora.
Educación Superior Online
Como se ha referido, la Educación Superior a Distancia u Online resultó ser una atinada respuesta a la marginación y/o aislamiento de las personas que trabajan o que las necesidades la profesionalización o especialización van a la par con las expectativas de mejora laboral y estabilidad emocional. Se trata de una solución ofrecida por el progreso educativo, incluso apareció mucho antes de que sociedad conociera las declaraciones y compromisos de la UNESCO por la Educación para todos del año 2000 o, más reciente la Educación para toda la vida de 2015.
En el contexto del COVID-19, tanto las expectativas en un mercado global más dinámico y competitivo en el futuro mediato como la diversificación de plataformas de aprendizaje electrónico ahora un privilegio en las economías más desarrolladas y con alta conectividad, constituyen grandes oportunidades de desarrollo para el conjunto de los países de América Latina y particularmente de Perú.
Cobertura y calidad
La crisis de la Educación en el Perú ha sido agravada por la presencia de la pandemia del COVID-19, puesto que desde antes del brote y la propagación del coronavirus ya exhibía profundas brechas de cobertura y calidad que la convertían en el servicio público más desigual, injusto e inequitativo. De modo que la emergencia sanitaria, la repuso entre las primeras prioridades de la agenda de gobierno, aunque hasta hoy sigue esperando un apoyo efectivo, en vista que muchos estudiantes por falta de acceso a la Internet y dispositivos tecnológicos no pueden seguir la educación remota o virtual.
Marco técnico-normativo
No obstante, hay la esperanza de que las carencias serían superadas en el futuro mediato; mientras tanto, hay manifestaciones gratas como la aprobación del Decreto Legislativo N° 1496 que modificó el artículo 47° de la Ley Universitaria para promover la expansión de la modalidad de enseñanza no presencial o a distancia, y recurrentemente, la aprobación del marco técnico-normativo con la Resolución del Consejo Directivo N° 115-2020-SUNEDU-CD, tal como se ha indicado.
Nuevos desafíos futuros
La concreción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS o Agenda 2030 que promueve y lidera la ONU sintetiza las aspiraciones de desarrollo mundial para el periodo 2016-2030. Se trata de un renovado esfuerzo consensuado de los jefes de Estado y de gobierno que propone la erradicación del hambre y la miseria en el mundo de hoy, en vista que, pese al empeño, no se logaron alcanzar las metas y resultados esperados con los Objetivos de Desarrollo Mundial -ODM o Agenda 2000 en el periodo 2000-2015.
El Consejo Nacional de Educación -CNE (2020) tiene la esperanza de que el Proyecto Educativo Nacional -PEN 2036 logre construir la visión sobre la base de un financiamiento creciente y con fuentes sostenibles. Como la expectativa del CNE, es posible asociar el sentido de otras agendas que proponen cambios radicales en los sistemas universitarios tradicionales para armonizar la formación y/o preparación a las exigencias del mercado laboral formal, tal es la propuesta del WEF con el modelo de “escuelas del futuro” ideadas para dar respuesta a las exigencias de la Cuarta Revolución Industrial.
Reflexión final
A todo ello, la reflexión final es que resulta un tanto iluso esperar respuestas dentro de los propios países toda vez que no hay capacidades ni márgenes de maniobra para mejorar la hacienda pública que hoy acusa una caída catastrófica; si en cambio, las capacidades institucionales son vitales para construir consensos y celebrar alianzas estratégicas para facilitar la cooperación técnica y la asistencia financiera internacional. Solo así, el problema de millones de peruanos mayores de 25 años de edad que trabajan habiendo concluido solo la secundaria y que, según el INEI (2020) representa el 38,2% de ese estrato social, tiene una inmejorable alternativa de solución en la expansión, asequibilidad y calidad de la Educación Superior a Distancia u Online. Ojalá, así sea.