Plataforma cuenta con más de 500 millones de usuarios y es propiedad del ruso Pavel Durov
La activista feminista Daria Serenko, de Moscú, afirma que un grupo de Telegram publicó una foto de su casa y que posteriormente la empezaron a seguir.
Su información privada fue expuesta después de que ella hizo campañas en apoyo de las llamadas presas políticas de Rusia.
Serenko comparó su situación con la de los agentes de policía cuyos detalles se publicaron en un canal diferente, después de las protestas de enero en apoyo del líder de la oposición Alexei Navalny.
Esa información fue eliminada después de tres días, señala Serenko, mientras que, por otro lado, «se tolera la violencia contra las mujeres«.
El asesor de seguridad digital Raphael Mimoun califica los canales como los que se utilizan para perseguir a las mujeres en Rusia como «tierra de nadie» y «sin moderación alguna»
Aunque Telegram aún no tiene una base de usuarios sólida en EE.UU., la aplicación también atrae lentamente a la gente allí y abre la posibilidad de que aumenten los canales de odio.
«Grupos clandestinos»
Megan Squire, experta en computación, probó a publicar parte de su información personal en algunos canales de extrema derecha de Telegram en EE.UU.
Squire, quien es profesora de la Universidad de Elon en Carolina del Norte, se especializa en la investigación de grupos de odio y comportamiento tóxico en las redes sociales. Explica que vio «numerosos casos» de números de teléfono personales y direcciones de casas de diferentes activistas en la plataforma. Y agrega que denunció a todos esos canales a Telegram y nunca recibió ninguna respuesta.
Squire indica que, aunque todas las plataformas importantes son un imán para este tipo de contenido y que «es frustrante» que Telegram cuente con más de 500 millones de usuarios y es propiedad del ruso Pavel Durov, no haya tomado las medidas adecuadas «que una persona cualquiera llamaría simplemente moderación de contenido».