Por Renato Medina (*)
Parece otro deporte. Parece otro deporte con otros objetivos. Lo que vemos que se juega semana a semana en el Perú, con partidos sosos, y con una lentitud desesperante, es solo la muestra que no hemos aprendido nada de lo que significa jugar al fútbol. Nuestro fútbol es completamente incompetente, mientras que en otros países de la región, por no hablar de Europa, se juega a 78 RPM, aquí jugamos a 33 RPM. ¡Es una locura!.
Y no exagero. La cachetada la recibimos año a año cuando los clubes peruanos juegan (o intentan jugar), la Copa Libertadores (una copa que se mira pero no se toca, ni se sueña con ella), o cualquier otro torneo continental, como la Copa Sudamericana, que, salvo excepciones, terminamos SIEMPRE haciendo papelones.
Universitario de Deportes, el más copero del Perú, hace años que no juega la fase de grupos, y cuando lo ha vuelto a hacer, lo pasan por encima con relativa facilidad. Ante Palmeiras perdían 0-2, con toda justicia. Ni ellos saben cómo lograron empatar. Claro, con un hombre más en cancha, las cosas se les facilitó, porque en tres minutos lo igualaron. Sin embargo, la poca ambición los hizo ‘aflojar’ y sobre el final, lo mismo de siempre, con un hombre menos, los brasileños se llevaron el triunfo.
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Ya en Argentina, en su segundo partido, cayó goleado sin poner mucha resistencia. Defensa y Justicia, un modesto club argentino, que últimamente ha logrado grandes hazañas llevándose la Sudamericana del año pasado y la última Recopa, sigue demostrando que cuando se quiere, se puede. ¿Eso el algo difícil de entender entre nuestros futbolistas?
¿Y el Sporting Cristal? El campeón del fútbol peruano, el mejor del medio, sin duda, desaparece cuando se enfrenta a sus similares de Uruguay, Colombia, Chile o Ecuador, y ni hablar si son cuadros de Argentina o Brasil. Ni de local puede imponer ‘su juego’. No puede ni jugando, al igual que la «U», con un hombre más.
Sao Paulo de Brasil hizo lo que quiso con el campeón peruano, que fue un remedo de equipo en el Nacional de Lima. Pero Mosquera vio otro partido. Fue un 0-3 inobjetable.
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En su segundo partido, quedó una vez más demostrado que cuando a los peruanos se les juega con velocidad, coraje y rebeldía, son presa fácil. A Racing le bastó el primer tiempo para demostrar eso. En la segunda parte, y jugando con un hombre más, Cristal no pudo, no supo, no se sintió capaz de marcar un gol, un solo gol, a pesar de las muchas oportunidades que se les presentó.
Los propios comentaristas argentinos reprochaban al conjunto peruano de ser muy pasivos, de no reclamar nada, de limitarse solo a jugar sin tener ambiciones de triunfo. Al final del partido, se comenta el triunfo argentino con un hombre menos. Historia repetida.
Ojo que, como dije, esta es una constante en los clubes peruanos. El año pasado le sucedió a Alianza Lima, y a Binacional. Llegaron, jugaron (si es que se puede decir que jugaron o compitieron), y se fueron sin que nadie lo note, por la puerta falsa. ¿Llegará el momento en que se reflexione sobre esto y se intente cambiar esta triste realidad? Veremos…
(*) Periodista deportivo