La ‘descompensación’ que ha sufrido pedro castillo previo al debate acordado hace recordar a la ‘intoxicación’ que sufrió Alberto Fujimori en 1990. Muchos ven coincidencias para correrse
“Te desafío a debatir”, dice Castillo. “Acepto el desafío”, responde Fujimori. “Que sea en Chota”, plantea Castillo. “Que sea en Chota”, dice una segura Fujimori. Horas después, un problema de salud del candidato del Lápiz hace tambalear el acuerdo y, al parecer, este armado circo se cae.
Este episodio, algo insólito para muchos que no han revisado la historia, puede parecer eso, insólito. Sin embargo, esa fue una estrategia adoptada por el expresidente Alberto Fujimori, cuando se vio obligado a presentar su plan de gobierno en las elecciones de 1990. Simplemente no se presentó a la cita aduciendo que se encontraba mal de salud: se intoxicó comiendo camarones.
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¿QUÉ PASÓ?
Para las presidenciales de 1990, un desconocido ingeniero se metió por ‘los palos’ en la disputa por llegar a Palacio de Gobierno. Alberto Fujimori, casi sin darse cuenta, pasó a la segunda vuelta donde se enfrentaría a Mario Vargas Llosa, el indiscutible favorito para ser el nuevo presidente.
Al parecer, Fujimori no tenía plan de gobierno, y Las fuerzas políticas lo cuestionaban por ello. El candidato por Cambio 90 no tuvo mejor idea de convocar a una conferencia prensa durante las celebraciones por semana santa para darlo a conocer a todo el país. Pero nunca se presentó.
Ante el hecho, la prensa se dirigió a la casa de los Fujimori, en donde su entonces esposa, Susana Higuchi, salió a la puerta a decir que el candidato se había intoxicado comiendo “bacalao”, ante la sorpresa de los hombres de prensa.
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Por entonces ya se hablaba que el exmilitar, Vladimiro Montesinos, lo asesoraba desde que salió a relucir el tema del bacalao. Muchos lo consideraron que ese fue el primer “psicosocial”.
¿Coincidencias?, ¿viejas estrategias para huir de responsabilidades? Sea como fuere, Pedro Castillo, coincidentemente, sufrió una descompensación previa al acuerdo de debatir con un Fujimori. En aquella ocasión, el escurridizo se llevó la elección. Hoy, las apuestas ya corren para ver si la estrategia del profesor lo hace llegar a buen puerto.