Sao Paulo colapsa sin camas UCI ni medicamentos contra la covid y una larga lista de pacientes en espera
Caos sanitario en el sector privado afronta Sao Paulo. El panorama es dramático y algunos centros ya han llegado al límite de la presión hospitalaria, sin camas UCI y colas de pacientes a la espera de que los trasladen a otros hospitales. Si este sector ya tenía dificultades para aumentar el número de camas, esta semana se ha añadido un problema preocupante incluso para las que ya existen: la escasez de medicamentos para intubar pacientes con covid-19, sin los que es inviable ponerles ventilación mecánica invasiva para ayudarles a respirar.
En la sanidad pública el panorama no es mejor. Solo hay medicaciones para los próximos 20 días, un problema del que varios gobernadores han alertado al Ministerio de Sanidad en una carta en la que solicitan que se importen urgentemente las drogas necesarias. La Asociación Brasileña de Aseguradoras Médicas denuncia la misma situación en São Paulo y presiona junto con otras asociaciones que se facilite la importación. Los hospitales privados y las empresas de salud afirman que trabajan a diario con preocupación por el aumento de la demanda y de los contagios. Eran más de 680.000 casos hasta el último miércoles, y más de 20.000 muertos por covid en la ciudad de 12, 3 millones de habitantes. “Si el ritmo de contagios sigue igual, aunque aumentáramos miles de camas diarias [no daríamos abasto]… La única solución es concienciar a la población”, dice Marcos Novais, superintendente ejecutivo de la asociación.
Lo que vimos el año pasado en Manaos se repiten ahora en São Paulo. No sirve de nada ser rico y pagar un buen seguro médico, aunque la población más pobre es la que se ha visto más afectada por la pandemia desde el inicio de la crisis. Ahora, incluso los hospitales privados —que atienden a personas con mayor poder adquisitivo— empiezan a mostrar signos de colapso. “Es una situación de guerra”, define el presidente del Sindicato de Hospitales, Clínicas y Laboratorios (SindHosp), Francisco Balestrin. Asegura que los centros privados están actuando “como si fueran hospitales de campaña” debido al aumento considerable de pacientes en los últimos 10 días y algunos admiten que están cerca o ya han alcanzado la capacidad máxima de ocupación de las UCI.
Hasta el traslado de pacientes entre hospitales privados es problemático, por la dificultad para aumentar el número de camas mientras la demanda aumenta. Un estudio realizado por el SindHosp en el 25% de los hospitales privados afiliados al sindicato (93 centros) muestra que solo la mitad dice tener capacidad para aumentar el número de camas y el 82% ya tiene más del 91% de sus plazas ocupadas. Hay problemas incluso para garantizar la atención a los pacientes que ya tienen una: hay dificultades para garantizar medicamentos para intubar a los pacientes, además de equipos con profesionales especializados. Las aseguradoras médicas ya han convertido enfermerías y hasta quirófanos en UCI, pero aun así las camas se ocupan rápidamente.
“No es solo una cuestión de camas. También se necesita una infraestructura de UCI y profesionales especializados. Las medicinas para intubar se han convertido en la principal preocupación. Estamos trabajando para aumentar el número de camas, pero no daremos abasto si la gente no se cuida”, afirma Novais. Una cama solo queda libre cuando alguien recibe el alta o fallece y, según Balestrin, el tiempo de hospitalización es mayor en este momento, marcado por el crecimiento del número de jóvenes hospitalizados, incluso en camas UCI. “Son más resistentes, pero, por alguna razón, esta enfermedad se ha vuelto más violenta y acaban quedándose más tiempo. Tenemos más camas y también muchos más pacientes”. (elpais.com)