Cerca del 50% de los fondos de pensiones serían retirados y 4 millones de afiliados quedarían con cuentas en 0
Las comisiones de Economía y Trabajo del Congreso han aprobado dos nuevos
proyectos de retiros de los fondos de pensiones. La primera ha dictaminado un retiro
general de 4 UITS y la segunda, un proyecto de “jubilación anticipada” que, en la
práctica, baja la edad de jubilación a los 50 años.
Esta “jubilación anticipada” es un proyecto de retiro más, camuflado bajo otro nombre:
no es casualidad que en ningún sistema de retiros del mundo existe la jubilación a esa
edad.
El proyecto de las 4 UITS supondría que se retiren S/45,000 millones adicionales del
sistema y el de jubilación anticipada, otros S/25,000 millones (solo en un primer
momento). Dichos retiros se sumarían a los S/33,000 millones que ya se han retirado en
el último año.
Los dos nuevos proyectos juntos sumarían retiros por cerca del 50% de los fondos que
quedan en el sistema (como efecto inmediato). Por otra parte, 2 millones de afiliados
se agregarían a los 2.1 millones que se han quedado con 0 soles en sus cuentas.
Pese a que se buscan presentar como intentos de ayuda, hacemos notar que los móviles
detrás de estas iniciativas son puramente demagógicos. Ello, por dos razones.
Primero: aunque se usa a la pandemia como razón, estos retiros beneficiarán a
ciudadanos que mantienen su empleo e ingresos, y a aquellos que, sin tener empleo
formal hoy, en su mayoría han podido retirar ya casi S/30,000 (más de 30 sueldos
mínimos) en menos de un año.
Segundo: porque “ayuda” es la que da un tercero. Esta “ayuda” es en realidad un
préstamo que su yo del futuro brinda a cada afiliado, sin que nadie se preocupe en decir
cómo ni quién se encargará de pagarlo cuando ese futuro llegue.
Por respeto a la ciudadanía, esta situación requiere ser sincerada. Hablamos de cerca
del 50% de los fondos que quedan, en adición a lo ya retirado con las medidas anteriores.
Se está acabando con el Sistema Privado de Pensiones por la puerta falsa de los retiros,
dejando cada vez a más peruanos desprotegidos para el futuro y a la economía nacional
desprovista de la que es su principal fuente de ahorro interno.
Una decisión de esta envergadura no se puede tomar por una puerta falsa. Si se ha
decidido terminar con el Sistema Privado de Pensiones, asumiendo que el garante de la
vejez de los peruanos habrá de ser el Estado, que se diga y apruebe en estos términos.