Desde grandes obras de infraestructura y suspensión de impuestos hasta creación de nuevos ministerios.
Los principales candidatos a la presidencia de la República aceptaron la invitación al evento “Foro Electoral: ¿Perú, potencia turística?” organizado por la Cámara Nacional de Turismo – Canatur con el fin de conocer las propuestas del que será el próximo presidente del Perú para salvar quizá el sector económico más golpeado en la actual coyuntura de emergencia sanitaria.
Tras una introducción sobre la difícil situación del turismo en el país, por parte del moderador, Carlos Canales Anchorena, presidente de Canatur, quien lamentó la declinación al debate de los candidatos Hernando de Soto y Keiko Fujimori para asumir otros compromisos de última hora, abrió el conversatorio el candidato Yonhy Lescano Ancieta.
El líder de Acción Popular señaló que el Estado debe invertir mucho más en el turismo, así como otorgar incentivos y exoneraciones tributarias al empresariado. Destacó que Reactiva Perú haya otorgado S/60,000 millones, pero indicó que se debe brindar más préstamos con bajos intereses para guías y artesanos que son los que no han accedido a este programa. Considera que existe poca promoción de muchos atractivos turísticos nacionales y que se hace necesario ofrecer seguridad al turista. Dijo, además, que en un eventual gobierno suyo comprará un satélite para mejorar las comunicaciones y el turismo.
También se mostró a favor de mejorar los servicios básicos pues hay hoteles en el norte que solo tienen agua de cisternas. Manifestó que es vital la limpieza del medio ambiente y la descontaminación del lago Titicaca. Aseguró que sí hay recursos para invertir, se debe construir la doble vía Tacna – Tumbes y la carretera Junín – Lima; asimismo, hacer puentes laborales para feriados largos, organizar y promocionar ferias, bajar el IGV y hacer trabajar a las oficinas comerciales del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo en las provincias, entre otros puntos.
A su turno, George Forsyth Sommer (Victoria Nacional) ofreció, en un posible gobierno suyo, elevar del 4% actual del PBI al 10% para el sector turismo. Reveló que es fundamental promulgar una Ley del Turismo y exonerar el IGV porque las empresas turísticas “están muriendo”. Se extrañó que los centros arqueológicos, en regiones donde no hay una cuarentena estricta, hayan sido cerrados y no así los centros comerciales; agregó que el ingreso a estos lugares debería ser gratuito por lo menos en los próximos dos años. No se mostró de acuerdo en que solo se reciba actualmente dos mil visitantes diarios a Machu Picchu y prometió una ciclovía de Ollantaytambo hacia Machu Picchu. Dijo, además, que la gastronomía peruana ha sido altamente perjudicada con la cuarentena y exigió la reapertura los restaurantes de manera inmediata.
En cuanto a los créditos para el empresariado turístico, puntualizó que Reactiva Perú sea aplicado de manera razonable y que, de llegar al sillón de Pizarro mandaría a construir más carreteras y aeropuertos como el postergado de Chincheros y culminar la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez. Señaló que la Amazonía no solo es importante en recursos turísticos, sino que posee innumerables riquezas y ecología y que él optaría por la creación de un Ministerio de Planificación y otro Infraestructura, apoyándose también de una nueva Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado para acelerar importantes obras de infraestructura y proyectos turísticos.
Dentro de su análisis, el candidato Julio Guzmán Cáceres (Partido Morado) reseñó haber laborado 10 años en el BID y que sus estudios sobre los tratados de libre comercio incluían la posibilidad de añadir servicios, abriendo de esta manera un espacio grande para el turismo. Aseguró que “el sector no está deprimido sino destrozado” y que la pospandemia debe estar marcada por el turismo doméstico (interno). Hablando de medidas concretas, dijo que lo primero es vacunar a toda la población (el Partido Morado se ha comprometido a hacerlo al 31 de diciembre de este año), designando un “Zar de vacunas” que acuda al consejo de ministros semanalmente con autoridad vinculante, crear una comisión de científicos, asegurar los lugares de vacunación y el personal, apuntalado con estudiantes de últimos ciclos de medicina.
Con respecto a las obligaciones del empresariado, manifestó que las empresas turísticas sin movimiento deben suspender sus pagos al Estado, se debe crear un programa de incentivos para las inversiones, flexibilizar el FAE Turismo, prolongar un año que todos los tickets a lugares turísticos sean cancelados por subvención o eliminación; flexibilización del Reactiva Perú y reabrir la atención con aforo apropiado para todos los restaurantes. Prometió invertir en servicios públicos y poner en valor los sitios turísticos del país apoyados en el Plan Copesco, elevando su presupuesto de 100 a 300 millones de soles, asesorándolo además con el sector privado que es el que conoce mejor todos los lugares turísticos.
Finalmente, el candidato de Renovación Popular, Rafael López Aliaga, apostó por una verdadera descentralización del país, similar a la ocurrida con Brasilia en Brasil, integrando la región Junín, unido con Cajamarca, Puno, Chanchamayo y Lima. Propuso una segunda Carretera Central partiendo de Yauyos. También estimó la integración de un eje Pucallpa, Tingo María, Huánuco; del mismo modo, realizar el Malecón de Pucallpa, un embarcadero Pucallpa – Nauta – Iquitos y alentar la inversión en hoteles de cuatro y cinco estrellas en la zona, revalorando la ruta histórica del caucho. Pero, antes que todo, también coincidió en que todo el Perú debe vacunarse.
Prosiguiendo con los ejes turísticos, propuso un malecón de Tumbes hasta Máncora, mejorar accesos y servicios para Kuelap y Gocta con un teleférico cercano para alentar una caminata razonable y ya no tan sacrificada, pero todo ello deberá ir acompañado -aseguró- de una adecuada simplificación en las licencias para proyectos turísticos. Sobre los créditos dijo que se deben otorgar con dos años de gracia y cinco para pagar, de esta manera no se ahogaría a la microempresa. Indicó que se debe “bajar la usura” y que debe prevalecer una política de incentivos al “buen pagador”.
Finalmente, prometió aprobar la construcción de un moderno tren de Tumbes a Tacna de 200 k/h con locomotoras a gas y en 10 años de funcionamiento cambiarlo a uno de 400 k/h, con licitación pública internacional, construyéndolo por segmentos para verlo culminado en un solo periodo de gobierno.
