O’Donnell agrega que mandatario norteamericano siempre dirá: «Me robaron las elecciones»
Jack O’Donnell, quien trabajó para Trump dirigiendo un casino en Atlantic City, Nueva Jersey, dice que entiende por qué la gente que trabaja para el presidente se marcharía en un momento como este. «Están caminando sobre cáscaras de huevo. Nadie quiere decir algo incorrecto«, explica.
«En su cabeza, no habrá perdido«, dice O’Donnell sobre la elección. «Él nunca aceptará la derrota. Siempre será: ‘Me la robaron’«.
A medida que pasan los días y se aproxima el 20 de enero, fecha en la que Donald Trump debe abandonar la Casa Blanca, un silencio inquietante se ha ido apoderando de la residencia oficial del mandatario.
La oficina de Brian Morgenstern, el subdirector de comunicaciones de Donald Trump, estaba completamente oscura y con las cortinas cerradas. Su jefe, el presidente de Estados Unidos, estaba en otra parte de la Casa Blanca, hablando por teléfono con Rudy Giuliani, el jefe de sus esfuerzos legales por impugnar los comicios. «Esta elección fue manipulada y no podemos permitir que eso suceda«, dijo Trump.
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El esfuerzo de Trump para impugnar los resultados de las elecciones en Pensilvania fracasó el viernes último, poco después de la mencionada «audiencia», víctima de sus débiles fundamentos legales. Un juez de la corte de apelaciones dijo que «no había base» para la impugnación y la certificación de las papeletas confirmó que Joe Biden se había impuesto en el estado, por más de 80.000 votos.
Los votos en Arizona, por su parte, fueron certificados el lunes y lo mismo podría pasar pronto en Wisconsin, con ambos estados dándole la victoria a Biden.
Y los funcionarios del gobierno ya empezaron a trabajar en la transición hacia una nueva administración, con el nuevo presidente listo para asumir el cargo el próximo el 20 de enero.