Por: Javier Contreras (*)
El dólar ha cerrado la semana pasada, según el BCR, en S/3.644 y los grandes afectados por esta turbulencia política somos, una vez más y como siempre, las personas de a pie.
La tormenta afecta, particularmente, a aquellos que perciben su salario en soles y mantienen deudas (hipotecarias, vehiculares) en dólares. Me explico. En enero de 2020 el dólar se ubicaba en el orden de los S/3.37, lo que significa que si la cuota de mi departamento es US$500, necesitaba S/1685 para pagarla.
Suponiendo que la divisa americana se mantenga en el nivel alcanzado el viernes, para cancelar la misma cuota se necesitará de S/1820, lo que significa que este mes, deberé pagar S/135 más de los que pagué en enero.
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Si bien la recomendación que hacen los economistas es que nos endeudemos en la moneda en la que percibimos nuestros ingresos, hay un importante grupo de peruanos que mantenemos créditos en la moneda extranjera y la posibilidad de caer en morosidad es cada vez mayor (si no sucedió ya).
Evidentemente todo se agrava con el devenir político: tres presidentes en 10 días en medio de una severa crisis sanitaria (la mayor de la historia) que ha traído como consecuencia que la tasa de empleo se vaya a pique y, con ello, las familias vean reducidos sus ingresos, hace que la inestabilidad sea aún mayor.
Dios quiera que quien resulte electo, Francisco Sagasti será el nuevo presidente del Perú, sea prudente en la elección de su presidente del Consejo de Ministros y de sus ministros, de modo que puedan guiar al país por el camino de la reactivación. Salud y empleo, es lo que pedimos los peruanos, que nos preguntamos si con lo que tenemos en el bolsillo ¿llegaremos a fin de mes?.
