A la pérdida de más de 34 mil vidas humanas por el letal virus, se suma los severos efectos socioeconómicos
Perú ha sido gravemente afectado por la pandemia de la Covid-19. A la pérdida de más de 34 mil vidas humanas se suma los severos efectos socioeconómicos. Este fue uno de los temas que presentó María Eugenia Mujica, representante auxiliar del Fondo de Población de las Naciones Unidas y exviceministra del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS).
La especialista trató el tema en una nueva edición de los conversatorios CADE, evento organizado por IPAE Asociación Empresarial, en el marco de CADE Ejecutivos 2020. La sesión fue conducida por Felipe Valencia-Dongo, Gerente de Desarrollo Empresarial del Grupo Estrategia y miembro del comité CADE Ejecutivos 2020.
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De acuerdo con Mujica, según proyecciones de la CEPAL, el Perú está en el segundo lugar del ranking regional de tasa de decrecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) en el 2020, con un -13%, solo detrás de Venezuela. Y lo mismo ocurre si se examina el incremento de la pobreza. También advirtió que, a causa de la pandemia, se prevé un agravamiento en la severidad y en la brecha de la pobreza y un incremento en la pobreza extrema tanto en las zonas urbanas como rurales.
“Esto implicaría un retroceso de entre 10 y 15 años a comparación de 2019. De acuerdo a un estudio reciente realizado para Unicef, se prevé que cerca de 3,5 millones de personas van a haber caído en la pobreza para el 2020. Este número se suma a los casi 6 millones de peruanos que ya eran pobres en el 2019”, explicó.
Esta situación dramática afecta aún en mayor medida a los grupos más vulnerables de la población: niños, niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres, pueblos indígenas, afrodescendientes, personas con discapacidad, migrantes y refugiados.
“Aún no sabemos cuándo es que se va a acabar la pandemia ni cuál va a ser la magnitud final de sus efectos en las diferentes dimensiones del desarrollo. De lo que sí tenemos total certeza es que cualquier cosa que hagamos para combatir y mitigar estos efectos, debe permitirnos construir de manera conjunta un futuro mejor que no deje a nadie atrás”, recalcó Mujica.
Para combatir el avance de la pobreza se debe tener una mirada integral de desarrollo, que ponga a las personas y sus derechos en el centro de la agenda y de las políticas públicas. Además, es necesario trascender más allá de la visión de pobreza limitada solo a ingresos, tal como postulan los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De esta manera, Mujica recomendó:
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● Llevar a cabo intervenciones costo efectivas y basadas en evidencia que garanticen el acceso universal y de calidad a la salud y la educación y permitan expandir la asistencia social a todos los grupos que lo requieran.
● Avanzar en el cierre de brechas de acceso a la infraestructura social básica en los hogares, con énfasis en los servicios de agua y saneamiento, la electrificación y -hoy de manera más visible que antes- de la conectividad digital.
● Enfocarse en la creación de empleo, a través del crecimiento económico, que es el eslabón esencial para la reducción de la pobreza y el financiamiento de la protección social a través de la política fiscal.
● Priorizar la igualdad de género, con énfasis en el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, la prevención del embarazo adolescente, la prevención y respuesta oportuna a la violencia de género y la impartición de educación sexual integral. Para muestra de su importancia, solo un ejemplo: La interrupción de los servicios de salud sexual y reproductiva y la lentitud en su restablecimiento debido a los desafíos que enfrenta el sector salud, ocasionó que las muertes maternas en el Perú hayan aumentado en un 30%, a comparación del 2019.