Por: Marcial De La Cruz (*)
Los cargos contra el presidente Vizcarra de haber recibido coimas por más de dos millones de soles, cuando fue presidente regional de Moquegua, se están corroborando con pruebas que recogen los fiscales investigadores del caso. Para evitar la inminente acusación, hay voces y medios que advierten de un plan para evitar que continúen las indagaciones del presunto delito por corrupción.
Vizcarra busca un salvavidas que le permita distraer las miradas acusadoras en su contra. El nuevo libreto es la existencia de un grupo desestabilizador de la democracia con un perfil golpista, camuflados de congresistas. El tema lo juega en pared con el Primer Ministro y los ministros de Defensa y Justicia, quienes asumen el papel de abogados de lo indefendible.
Entre tanto, la Covid-19 nos ha pasado por encima. Casi todas las acciones aplicadas para contenerla han fallado y ante el mundo entero hemos descubierto nuestras carencias y poca eficiencia para controlar la pandemia. El Estado, como tal, no tiene la capacidad para responder a un ataque de esta magnitud y no hay un personaje que lidere el trabajo.
Para confirmar que improvisamos, en el momento más difícil de la crisis sanitaria y económica por la Covid-19, el presidente Vizcarra ofrece promover el trabajo mediante un decreto supremo. Reactiva Perú no ha logrado generar empleo debido a que la mayoría de las grandes empresas, que recibieron financiamiento económico, utilizaron el préstamo de dinero recibido como un ahorro y no lo invirtieron.
Hay que puntualizar que no todas las medianas y pequeñas empresas lograron un préstamo. Por ello, recuperarse les demorará poco más de un año, si es que no han quebrado. Lo dramático es que ha crecido el subempleo: un trabajo mal pagado y sin beneficios laborales.
El trabajo remoto o teletrabajo emplea a menos de medio millón de personas. Los más afectados son las mujeres y los jóvenes, población que desde hace un par de meses está considerada en el segmento de personas en pobreza. Con esta carga social tenemos que empezar la campaña de elegir al próximo jefe del Estado, el 11 de abril del 2021.
Mas de 24 partidos inscritos para las próximas elecciones evidencia que no hemos aprendido, que estamos fragmentados en diversas corrientes y visiones de cómo debe ser el Perú. Cada partido es un mundo de complicaciones, celos y ambiciones personales de pequeños líderes. Ellos no son partidos, son pequeñas empresas con enormes fines de lucro.
Las elecciones internas que elegirán a los candidatos al parlamento y a las planchas presidenciales, evidenciarán la catadura profesional y moral de estos seudopolíticos. Seamos críticos y exigentes.