Por Renato Medina
¿Qué le pasó? ¿Qué bicho le picó? Debió ser uno bien andino para que Gianluca Lapadula, de la noche a la mañana, ‘decidiera ser peruano’. Pero al margen de lo que le haya picado o no, espero (esperamos todos) que, de cumplirse con todos los requisitos para que legalmente pueda vestirse con la gloriosa blanquirroja, lo haga de una manera profesional. No se le pide más. Porque pedirle que sienta la camiseta como un peruano…
Y es que no se le puede culpar al jugador más mentado en estos últimos años. Él no es peruano. Nunca ha venido a nuestro hermoso país. Y es lógico que, sintiéndose italiano (porque lo es), haya tenido la ilusión de jugar por su patria.
Es una situación complicada para el delantero del Benevento de la Serie A de Italia. Se hizo de enemigos gratuitamente cuando hace cuatro años rechazó la invitación del propio Ricardo Gareca (el, quizá, más peruano que muchos de nosotros), para formar parte de la Selección Peruana, previo a la clasificación a Rusia 2018.
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¿Ganamos o perdemos con la llegada del italiano? ¿Lapadula, gana o pierde viniendo al Perú? Son preguntas válidas, teniendo en cuenta que para el DT Gareca, el jugador tiene que estar 100% comprometido. La cabeza del jugador, y la de sus compañeros, debe ser a prueba de balas que, de hecho, le van a llegar. Por eso hablo de profesionalismo, no de corazón.
Gianluca Lapadula tiene 30 años. Como todo futbolista profesional, me imagino, tiene la ilusión de jugar un mundial de fútbol. Con Italia, esa posibilidad cada vez está más lejos, teniendo en cuenta que ya tuvo su oportunidad, en un par de amistosos, pero que no se consolidó.
Ahora, la única opción que le queda para ser parte de la máxima fiesta del fútbol, es aceptar jugar por nuestra selección. Una opción que, al parecer, no la quiere dejar escapar.
Los trámites van y vienen. Los documentos están muy avanzados. El propio canciller de la República, Mario López Chávarri, lo confirmó. Dentro de poco, se podría hablar de Lapadula como uno de los convocados, y aunque no es ‘el gran delantero’ que necesitamos, sí es uno distinto. Cuanto más vengan a sumar, mejor.
