Por el Dr. Alberto Medina (*)
¿Somos ciudadanos?, Seguro que usted responderá, sí, qué duda cabe. Sin embargo, serlo implica más que tener un DNI o ser mayor de edad. La psicología nos plantea que ser ciudadano, es integrar aspectos relacionados a la personalidad. En buena cuenta, si no integro el intelecto, el temperamento y el carácter, no estructuraré, ni tampoco desarrollaré, una auténtica personalidad. La demostración de la no integración y la inmadura personalidad es ver muchísimas más situaciones en que las personas no son conscientes de sus actos, y mucho menos de las regulaciones emocionales en las propias relaciones interpersonales.
Si le damos significado al Intelecto, diríamos que actúa bajo su pensar, razonar y percibir las cosas, situaciones y/o personas, siempre en estado consciente, teniendo como base el estudio desde temprana edad. En el temperamento, diremos que actuaría bajo estímulos; sensoriales, emocionales, siempre inconsciente, pero con base afectiva de la infancia. El carácter se da a notar en las personas que, bajo la suma de las dos anteriores, establece voluntaria y conscientemente las acciones y decisiones a tomar, en el mundo social.
Queda claro que, sin esta integración, la persona no desarrollaría una personalidad estructurada y bien cimentada, a la altura de proponer cambios, con base en un serio análisis de los hechos, la importancia en la prevención de conflictos en diversas áreas de la vida, así como en la ejecución y sostenimiento de las decisiones a tomar.
TAMBIÉN LEE: Dimensiones de la empatía (Opinión)
Por ello, hablar de tener una personalidad, es hablar de forma consciente de quiénes somos y, si somos conscientes de ello, podremos entender, afianzar y categorizar el concepto de ciudadano, ya que serlo, implica defender mis distintos derechos y deberes, posicionar a la libertad como pilar de la democracia, pero teniendo a la responsabilidad como baluarte de defenderla.
Lo dicho recae en el mundo personal, familiar, social, político y económico. Además de ello, saber que, si somos y actuamos como ciudadanos, tendremos la obligatoria necesidad de delimitar las faltas y delitos que se cometen a diario, y más aún, en denunciarlos.
Finalmente, sostenemos que, en nuestro país, existen personalidades incompletas, en su gran mayoría, y que no podemos reconocernos como ciudadanos, al no poder diferenciar lo correcto de lo incorrecto, el bien del mal, lo sano de lo insano. Hasta la próxima.
(*) Dr. Alberto Medina. Psicólogo, Psicoterapeuta. Celular: 993947749
