¿Cómo hablar de la muerte con los niños? (Opinión)

32
544

Por el Dr. Alberto Medina

Todos los días, en el mundo entero, las personas incorporamos noticias de toda índole, muchas de ellas, en relación directa, más con la muerte que, con la valoración de la propia vida y sus ejemplaridades, “subimos en infectados, bajamos en fallecidos…subimos en infectados, subimos en fallecidos”. Esta quizá sea la tónica actual en el mundo de todas las muertes y el sufrimiento de saber que la misma tenga algún tipo de impacto o de instalación de la noticia en los niños y adolescentes, en particular de nuestro país.

El flagelo de la Covid-19 puede representar números, estadísticas, proyecciones, etc. Lo cierto es que nos preguntamos ¿Cómo vienen recibiendo la noticia de la muerte, de familiares, sobre todo, la población infantil y cómo se las transmitimos?

Hablar con niños sobre la muerte, requiere de un manejo que nos ayudaremos con la fantasía y conciencia lúdica

Si a esta situación particular le añadimos las noticias en la temática delincuencial, donde, mueren personas, por asaltos, robos, secuestros, podemos imaginarnos cómo un cerebro en formación y desarrollo va a incorporar y establecer conceptos de la muerte, pero sobre todo de la valoración de la vida. ¿PUEDEN IMAGINARSE? Las últimas noticias siguen siendo lastimeras en estos dos aspectos, y ambas les ofrecen la oportunidad a las familias de empoderar a la comunicación familiar, una transparencia de pensamientos y sensaciones que ayuden a perfilar una actitud consciente de las pérdidas, pero también de las ganancias, en medio del dolor y sufrimiento.

TAMBIÉN LEE: Los ¿inocentes? memes (Opinión)

¿Cómo le decimos a un niño que su madre o padre falleció de Covid?, ¿Cómo le decimos a un niño que unos delincuentes mataron a su madre o padre por quitarle un celular en la calle o entrar a su negocio y quitarle la vida? Parece ser harto difícil transmitir tan penosa noticia. Lo cierto es que existe un camino, un camino teniendo a la verdad cono estandarte para una aceptación y adaptación posterior.

Tenemos que categorizar las edades. Los niños, desde los 4 hasta los 7 años, tienen un manejo que nos ayudaremos con la fantasía y conciencia lúdica de su etapa de vida. De los 8 años a los 12, tendremos un cuidado mayor en trasmitirles la verdad, ya que los cambios significativos que van teniendo pueden favorecer (o perjudicar), esta “digestión emocional”, muy fuerte que van a tener que asumir. De los 13 en adelante, hasta su mayoría de edad, decirles con la entera verdad, cuidando que las percepciones que tengamos de la vida, y estableciendo el ¿para qué?

A los adolescentes hay que hablarles con la verdad. «La muerte es parte de la vida»

La propia vida nos pone en perspectiva de entender a la muerte y sus implicancias. La muerte forma parte de la vida, y esto, en el mundo infantil, es un proceso que merece un acompañamiento del adulto y un sinceramiento del poder del amor. Si eres creyente, empoderarás tu relación con Dios, si no lo eres, sabrás empoderar la relación exclusiva contigo mismo(a), y con las personas que amas.

TAMBIÉN LEE: ¿Nos merecemos esto? (Opinión)

En estos tiempos de suma violencia, en todos los escenarios en que transitamos, entender la significancia de la vida, es un desafío que los padres tienen, y deben, asumir con el mayor compromiso, ya que este entendimiento, no es literal, no es estímulo y respuesta; sino, es decodificar una fórmula que encierra respuestas valiosísimas que la vida siempre nos plantea. Por ejemplo, ser feliz. El serlo, sabemos, nos es tener mucho dinero y salud garantizada en las mejores clínicas, si no, serlo con lo que tenemos y cuidándonos, con propuestas que alcancen a nuestros entornos; poder y saber compartir.

Así, el cerebro infantil, dotado de hormonas y neurotransmisores especializados, se va a permitir categorizar oportunamente, las acciones sociales que requieren fortalecer valores como la solidaridad, la confianza y la propia autoestima.

No olvides, no sólo será la educación, como pilar vital de este proceso, sino, tu propia consciencia emocional, para que el cerebro de tu hijo asimile esta experiencia, y ellos reconozcan la valentía de tu intervención Hasta la próxima.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí