Por: Luis A. Pardo Altamirano
Peor que una pandemia acerada de apocalipsis político siglo XXX, inexistente en algún guion cinematográfico de ciencia ficción; perfecto para el prototipo de un país donde el que no corre vuela, donde si no te mueres con el virus por lo menos te vas a recontracagar de risa, de hecho cuñao.
Y es que, es tal el impacto en la pobre people que, en verdad, quizás ya no da más miedo lo del mortal virus, sino lo que se pudre y huele feo en ese telo palaciego sin reyes pero sí con secres (secretarias) oriundas, aleccionaditas para que al final -la clásica- ¡Zas! Toditititito el mango adentro (traición), bien removidito y con alevosía. Es el juego de la vida baby.
Nooo, pero tú, sádico como siempre, quieres oír, ver, escuchar -no te convences-, toma, aitán los audios del infierno. ¡Quémate! y llama a tu Magaly que con esto recontra quedó chico su programa, incéndiense todos con esos locales que se queman justo cuando hay roche en las altas cumbres. ¡’Fuego en el 23’!
…(continuará)