Denigrar nunca, discriminar jamás (Opinión)

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Por el Dr. Alberto Medina

“Cholo de m…”, “Negro bruto…”, “Anda a tu cerro…”, “indio igualado…”, son expresiones, en pleno siglo XXI, que ventilan en muchísimas personas un lenguaje frustrante que ni ellos ni ellas terminan por entender. Nuestro título de hoy, puede pertenecer a un ideal, a una vana ilusión, lo cierto es que racional y emocionalmente resulta anti sonante a nuestra inteligencia espiritual, ver estos hechos que oscurecen nuestra condición de ser personas, pero más aún, la de ser ciudadanos. ¿Cómo?, ¿Qué es esto?

Más allá de las consideraciones culturales, análisis sociológico, antropológico, del tema de las discriminaciones raciales, étnicas, socioeconómicas, etc. la realidad no desmaya en mostrarnos esa pretensión subjetiva y llena de “vacíos” existenciales y/o de aires de “superioridad” humana, que entre las personas se intenta remarcar. Es verdad, por un lado, las diferencias individuales que existen entre las personas en que no nos corresponde la misma equidad, ni la misma diversidad de nuestras realidades de procedencia; pero sí somos iguales, como término señalado en la consciencia humana (nacida de la madurez social, voluntad y respeto al prójimo), y la propia ley, en la que deberíamos siempre honrar.

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Las expresiones de la congresista Martha Chávez cruzaron fronteras

La inteligencia espiritual, nos dota de una sapiencia elevada (más allá, si eres creyente o no de alguna religión). La esencia radica en que podemos sacar lo mejor de nosotros mismos en la más intensa y complicada circunstancia que la vida nos plantea diariamente. Pero si sacar lo mejor de ti es, insultar, competir, rechazar, quiere decir que albergas dolores y frustraciones que racionalmente no la entiendes, y que, emocionalmente no la comprendes. Por lo que, por añadidura, la dimensión espiritual es la única forma de entenderte y comprender quién está frente a ti, para que tus palabras y el panorama de la situación en que estás, no te obnubile, ni limite tu buen proceder que, como ciudadano, te corresponde hacer.

Considerar tu inteligencia espiritual, como herramienta valiosa, para interrelacionarte con toda persona, de cualquier estrato social, es imperativo pasar por el conocimiento y autorregulación de tus emociones. En otras palabras, debes pasar por la experiencia y manejo de tu inteligencia emocional, ya que, al llegar a esa inteligencia espiritual, a ese óptimo nivel, es considerar tres aspectos, de debes poner en práctica contigo mismo:

  • La compasión. Tener y practicar un amor compasivo, con nosotros mismos, nos permite reconocer nuestras debilidades y sincerar nuestras capacidades, para que, en diálogo y/o comunicación con las demás personas, se nos otorgue confianza.
  • La Paz. Hablar, con serenidad, tranquilidad, transmitiendo siempre un mensaje conciliador, permite sentir que, desde el fondo de tu ser, habita la misericordia, la tolerancia y el perdón.
  • La Sabiduría es el aspecto ejecutante de todo lo anterior, ya que se mostrará ante la persona, el lugar y momento oportuno, para darle ese tono realmente humano.
Como siempre, la educación sigue siendo la baso de todo

Si estas consideraciones fueran enseñadas, desde un currículo escolar, un eje transversal de programas y proyectos sociales, con énfasis en muchos medios de comunicación, estaríamos en un nivel superlativo de respeto y valores que consagran al hombre y la mujer, y no con el discurso de enfrentarnos, casi siempre, por las interpretaciones que se hacen al término de GENERO.

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En fin, sean las cuestiones que, usted amigo lector se haga, respecto al tema de la discriminación, en sus variadas formas, repercutirán siempre en su entorno inmediato, y con ello, en la dinámica interactiva que se tiene con las personas en general, esté donde esté.

Esperemos, como un sueño pronto a alcanzar, ver y escuchar en los niños y adultos, un lenguaje, y sus lógicas reacciones, matizados de respeto y miradas de aprecio, que todos nos merecemos. No es iluso y banal pretenderlo, ya que nuestras tres inteligencias, que todos las tenemos, se pongan en marcha y consonancia para un mejor país. Hasta la próxima.

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