El otro Messi, el humano…(Opinión)

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Por el Dr. Alberto Medina

Muchos de nosotros, cuando vamos a cambiar de trabajo, cuando nos mudamos, cuando estamos frente a una disyuntiva en tomar alguna decisión importante, nos sentimos más humanos. Es decir, ocurre una auto sensibilización profunda, que nos confronta y nos plantea si estoy decidiendo bien, si mi familia y yo estaremos mejor, si los alcances de esa decisión tendrán los recaudos pertinentes de seguridad, bienestar, oportunidad, etc. Una sensibilización que invita a una madurez emocional y social que satisfaga diferentes expectativas; las propias y la de los demás. Si esto ocurre en personas comunes y corrientes, me preguntaba, que ocurre en el mejor jugador del mundo.

La categoría de que Messi, es el mejor jugador del mundo, no está en discusión, por lo menos en este artículo. Lo que sí está en vigencia es, qué puede estar pasando por la cabeza y sus emociones de este ídolo deportivo. Muchos dirán, bueno, el dinero manda y va a condicionar cualquier decisión que tome. La goleada del Barcelona, sufrida hace algunas semanas, por el equipo alemán, es la cereza en el postre que faltaba para vivir, lo que hoy vive este jugador; una presión muy fuerte, de incalculable contenido psicológico.

Me explico. Hay tres factores que cualquier ser humano está expuesto a vivir y experimentar. Una, las expectativas. Usted, que está leyendo, y el propio Messi, han tenido, tienen y seguirán teniendo expectativas, consigo mismo, ya que es el motor motivacional para avanzar, caminar o correr en la vida. Dos, las frustraciones. No existe persona en el mundo que no las haya sufrido. Es más, se dice que las frustraciones son muy necesarias para nivelar el EGO, que todos llevamos dentro, y que es un bálsamo de humildad que nos cae muy bien. La pregunta sería, ¿cuántas frustraciones estoy dispuesto a tolerar? He ahí la capacidad de tolerancia que tengamos de nosotros mismos.

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Tres, los logros. Si los logros, en cualquier persona, tienen consonancia con los dos anteriores, estamos frente a una persona que APRENDIÓ las lecciones de la vida. Un aprendizaje que dotará a sus diversos entornos, de amor y perseverancia. Frente a estos factores existe la triada emocional, existencial, que todos nosotros, también vivimos: El soporte familiar, el soporte social y el soporte espiritual.

En esta línea de pensamientos y sensaciones, la auto presión, primero, que sufre Lionel Messi, para luego la presión externa, sentirla, marcará el equilibrio en su toma de decisiones. Seguro sus expectativas se cumplieron, desde lo económico y del éxito de su único club. Pero, qué hay de las expectativas, que hoy las circunstancias despiertan para ratificar si sigue siendo el mejor de todos, en otro club. Qué hay de las expectativas de jugar con otras personas que no conocen sus fortalezas y debilidades dentro de un terreno de futbol. Qué hay de las expectativas familiares de adaptarse a otro sistema o ritmo de vida, incluso el deportivo, que no es Barcelona. Dentro de las frustraciones, quizá la más notoria, y necesaria para él, es que no ganó nada con la selección argentina. De hecho, es la más dolorosa aún, y es algo pendiente que late en su corazón vivamente.

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Si seguimos analizando los dos factores descritos, seguro, usted encontrará más razones válidas y muy importantes a tomar en cuenta. Subrayar, que estos factores, en consonancia con los logros, éste último, no adquiriría el brillo que un deportista calificado, en un ideal, desea lograr: un título mundial. Los dos futbolistas catalogados como mejores del mundo, Maradona y Pelé, lo lograron. Si esta realidad, la lleváramos a la pirámide motivacional de Maslow, diríamos que Messi no ha alcanzado la autorrealización personal y profesional.

El desafío para nosotros, como hinchas del futbol y para él como principal protagonista, es, asimilar que las frustraciones nos humanizan más, y que las presiones que pueda estar viviendo esta persona, forma parte de las experiencias mismas. Sus alegrías, triunfos, son de todos, públicos. Sus tristezas, penas, son sólo de él y su familia. Considero que esta fuerte presión es connatural a la convivencia cotidiana en este millonario mercado y que él reúne los elementos o herramientas psicológicas para afrontarla y superarla, ya que tiene los tres soportes afianzados.

Quizá tenga, bajo la manga (en su juego o personalidad), alguna acción que ratifique lo que siempre su juego dijo, SER DIFERENTE. Cualquier acción y/o decisión que él tome como persona, será comprensible y nada criticable. Pero también deseamos, subliminalmente, que ese ser diferente nos tenga preparado algo, que nos confirmará que sí lo es, por lo menos, en este deporte rey. Hasta la próxima.

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