La tv intrusa: ahora que los niños están en casa (OPINIÓN)

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C. Alfredo Vignolo G. del V.

La Ley de leyes preceptúa en el Artículo 14, último párrafo que “Los medios de comunicación social deben colaborar con el Estado en la educación y en la formación moral y cultural”, sin embargo, esto no se cumple.

Existe la Ley de Radio y Televisión (Ley No. 28278) donde expresamente se señala que la prestación de los servicios de radiodifusión se rige por los siguientes principios: a) La defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad. b) La libertad de expresión, de pensamiento y de opinión. c) El respeto al pluralismo informativo, político, religioso, social y cultural. d) La defensa del orden jurídico democrático, de los derechos humanos fundamentales y de las libertades consagradas en los tratados internacionales y en la Constitución Política. e) La libertad de información veraz e imparcial. f) El fomento de la educación, cultura y moral de la Nación. g) La protección y formación integral de los niños y adolescentes, así como el respeto de la institución familiar. h) La promoción de los valores y la identidad nacional. i) La responsabilidad social de los medios de comunicación. j) El respeto al Código de Normas Éticas. k) El respeto al honor, la buena reputación y la intimidad personal y familiar y l) El respeto al derecho de rectificación.

El Artículo 4 de la referida ley sostiene que los servicios de radiodifusión tienen por finalidad satisfacer las necesidades de las personas en el campo de la información, el conocimiento, la cultura, la educación y el entretenimiento, en un marco de respeto de los deberes y derechos fundamentales, así como de promoción de los valores humanos y de la identidad nacional y el Artículo 33, especifica que los servicios de radiodifusión, sonora y de televisión deben contribuir a proteger o respetar los derechos fundamentales de las personas, así como los valores nacionales que reconoce la Constitución Política del Perú y los principios establecidos en la presente Ley.

Basta con encender el televisor a cualquier hora y darse cuenta que los dueños de los canales de televisión hacen caso omiso a lo señalado en nuestra Carta Magna y en la Ley de Radio y Televisión.

El daño emocional y psicológico que esto le está causando a los niños y jóvenes es realmente triste, penoso, incalculable…; si los menores de edad no pueden ir al colegio, no pueden interactuar como lo hacían con sus compañeros de clases, su uniforme del colegio comprado en muchos casos con el esfuerzo de sus padres y que sólo se lo pusieron una semana, ya que el 16 de marzo se decretó el Estado de Emergencia Sanitaria ¿Alguien se ha puesto a pensar en ellos, en el daño que se les viene haciendo?

Ninguna entidad en el Perú vela por los Derechos del Niño, los noticiarios en una competencia enfermiza, transmiten sin cesar el drama, la muerte, la desolación ante la tragedia del Coronavirus; en el Perú la muerte y la miseria se han convertido en espectáculo nauseabundo para directores, productores y conductores de los programas de televisión y lo peor de todo tienen la insolencia de autoproclamarse líderes de opinión, líderes de la bazofia serán, donde ellos inclinan la cerviz por un sueldo o en otros casos leen telepronter.

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